Jumanji: En la Selva

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

A 22 años del film original con Robin Williams llega este reciclaje que tiene sus puntos más altos en el carisma y profesionalismo de sus protagonistas.

El negocio de la nostalgia de Hollywood continúa a todo vapor con esta remake del film familiar protagonizado por Robin Williams hace ya 22 años. Se trata de una versión más volcada a la comedia inocente y al gran espectáculo visual que a la aventura oscura, y que, gracias a sus intérpretes, se convierte en un aceptable pasatiempo veraniego.

Jumanji: En la selva, dirigida por Jake Kasdan (Malas enseñanzas, Nuestro video prohibido), tiene un planteo distinto a la original. Ahora los protagonistas son un grupo de compañeros de colegio secundario que durante una jornada de detención -aquella forma de castigo que inmortalizó El club de los cinco- encuentran una vieja plataforma gamer con un cartucho puesto.

Con el inicio del programa entran “dentro” de ese mundo selvático donde deberán ir superando obstáculos con las habilidades y fortalezas de cada uno de sus “personajes”. Así, la chica linda y frívola queda en el cuerpo de Jack Black, el nerd tímido se vuelve Dwayne “The Rock” Johnson y el negro deportista se achica al tamaño de Kevin Hart….

Lo que sigue es una historia que oscila entre el homenaje a toda la iconografía gamer/cinematográfica (Tomb Raider), la autoconciencia y la parodia a la película de 1995, todo salpimentado con esporádicas dosis de aventuras que funcionan en la medida del oficio de sus intérpretes.

Como en prácticamente toda su filmografía, The Rock (¿el emblema del cine familiar de los 2010?) se ríe de su fisonomía y aporta todo su oficio para uno de sus habituales héroes cancheros y algo torpes, mientras que Black demuestra que funciona mejor cuando se lo contiene.