Jumanji: En la Selva

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

A falta de ideas, otro “Jumanji”
Amable pero poco necesaria nueva versión de la película fantástica para adolescentes, ahoracon un videojuego mágico en lugar de un libro.

En la primera "Jumanji" (1995), la magia que teletransportaba a los personajes hacia un mundo fantástico surgía de un juego de mesa. Ahora, en esta segunda secuela luego de "Zathura" (2003) y de una serie de televisión, el artefacto mágico es un viejo videogame que unos chicos encuentran en el deposito de su colegio secundario mientras están en penitencia después de hora, al estilo de "El club de los 5".

La gracia del argumento recae sobre todo en que un chico alfeñique se convierte, en el universo de "Jumanji", en el forzudo Dwayne Johnson, o que una chica obsesionada por su teléfono celular termine transformada en un explorador regordete encarnado por Jack Black. Justamente Black, que es un excelente comediante, es uno de los puntos a favor de esta comedia fantástica llena de aventuras y escenas de acción, aunque también incluye demasiados momentos dialogados que no resultan tan atractivos, y que estiran la duración más de lo recomendable.

De todos modos hay estampidas de rinocerontes y persecuciones en moto a través de la jungla como para que el público adolescente, al que esta destinado el film, se mantenga razonablemente entretenido.