Inmortales

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Es cierto que esperábamos más de Tarsem Singh. Sus dos trabajos previos ("The Cube" y "The Fall"), habían mostrado que el hombre tiene un interesante manejo visual y un gran sentido estético para combinar CG y tracción a sangre. De más está decir que cuando leí que trabajaría junto a los productores de "300", me froté las manos, tenía expectativas de ver algo original, fuerte y a la altura de los antecendentes de semejante equipo.
Sin embargo, "Immortals", este tercer trabajo de Singh, ofrece poca sorpresa y mucho de lo que ya conocemos en este tipo de producciones. Pareciera como si el cineasta indio hubiese dejado de lado sus novedosas ideas para hacer un trabajo a reglamento. Luce contenido y atado a lo convencional, elemento que le juega en contra al film: sacando la fuerza de lo visual, hay poco brillo en estos "Immortales".
Cuidado, la película respira pochoclo en estado puro y en ese sentido es bastante aceptable. Y hasta quizás, si te gusta el gore, las coreografías de Zack Snyder y la acción frenética, suba algunos puntos hasta justificar el precio de la entrada.
La historia nos trae un tema mitológico conocido: un guerrero terrenal, Teseo (Henry Cavill) es el elegido de los dioses (con Zeus a la cabeza) para enfrentar lo que se está gestando: el rey Hiperión (Mickey Rourke) quiere conseguir el arco de Epirus para liberar a los titanes, enemigos declarados del Olimpo. Estos seres están confinados en una prisión (en el monte Tártaro) y de ser liberados, el apocalipsis podría estar a la vuelta de la esquina. Las huestes del villano tienen lo suyo, arrasan con todo a su paso y su líder destila locura y sangre a cada paso del camino.
Gran parte de la clave para descubrir la ubicación del sagrado objeto está en una sacerdotisa jugada por Freida Pinto, quien a través de sus visiones intentará advertir sobre la amenaza que se cierne para la humanidad. Unida a Teseo, intentarán detener al sanguinario Hiperión antes de que consiga su objetivo final.
"Immortals" ofrecerá entonces una serie de batallas despiadadas, muy cuidadas y estupendamente coreografiadas que harán las delicias de los fans del género. En este sentido, la película dará lo que gran parte de la audiencia quiere: acción y energía a raudales. Masacres, mutilaciones y torturas también se anotan dentro de las escenas que impactan en 3D.
Rourke hace un trabajo prolijo como villano (la verdad, su rostro solo mete miedo no?) y el resto del elenco acompaña sin grandes luces. Quizás se puedan rescatar la energía del Zeus joven jugada por Luke Evans o la ironía y energía de Stephen Dorff como ladero de Cavill, y no mucho más.
Mi primera impresión al salir de la sala fue entender que "Immortals" cumple en lo que propone. La sala respira satisfacción al cerrar la proyección. No es un gran producto, no encontrarán material que los sorprenda ni actuaciones de peso. Para nada. Sí, darán con una cinta que transpira testoterona y que se estructura en base a su gran despliegue visual. Lo cual, hay que respetar. No pasará a la historia, pero ofrece un buen rato de entretenimiento para los seguidores de este tipo de cine.
Aprobada, con lo justo.