Inmortal

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

No es fácil devenir Ben Kingsley para siempre

Una de las películas más audaces de Rock Hudson fue "Seconds", en la que el director John Frankenheimer mostraba cómo un anciano millonario apelaba a una oscura empresa dedicada a burlarse de la muerte y darle un nuevo cuerpo joven a quienes pudieran pagarlo. "Inmortal" es una variación sobre esa misma idea, con Ben Kingsley como un magnate que al borde de la muerte se convierte en Ryan Reynolds. El film comienza muy bien gracias al carácter que el ganador del Oscar por "Gandhi" le da a su personaje, y luego la trama sigue con Reynolds sufriendo extrañas visiones que los que prepararon su reencarnación aseguran son sólo alucinaciones propias del traumático cambio de cuerpo, que tratan de limitar con misteriosas pastillas a las que pronto el protagonista se vuelve adicto. Pero las misteriosas visiones tienen que ver con el horrible secreto que esconde este proceso, y al descubrirlo el héroe se vuelve en contra de quienes le dieron más años de vida.

La película empieza como un original film de ciencia ficción pero, de a poco, se transforma en un thriller de acción bastante convencional, pero que de todos no está del todo mal, con varias escenas violentas muy bien filmadas por el director indio especializado en clips de rock Tarsem Singh.

El principal problema de "Inmortal" es el cambio de clima intempestivo, y un Reynolds que no está a la altura del conflictuado personaje, que debería mostrar un poco más de la personalidad de su otro yo, es decir de Ben Kinglsey. La música de Antonio Pinto y el vertiginoso montaje impuesto por Singh ayudan a que el film siempre resulte vistoso más allá de los desequilibrios mencionados.