Inframundo: El despertar

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

La saga "Underworld", siempre me pareció prolijita. Bien producida, nada especial, pero ajustada y planteada en los términos correctos... La primera fue un gran éxito (devolvió cinco veces la inversión), su secuela sumó ahí y la tercera, (una precuela), un poco menos. Ha sido, sin dudas, una franquicia rentable en este tiempo. Ahora, la heroína que encendió el fuego allá por 2003, Selene (Kate Beckinsale), regresa, recargada.
Y no es un juego de palabras.
Tentada a volver a encarnar aquella guerrera vampira (en realidad, un híbrido), la actriz acepta el desafío y se vuelve a calzar el traje de caucho negro, para retomar uno de los roles que mejor le quedó en su carrera: la heroína que perdió su humanidad y se integró a la silenciosa contienda entre chupasanges y licántropos. Beckinsale no es una gran actriz, pero este papel le sienta bastante bien para disimular sus notorias carencias interpretativas, sin dudas.
La historia arranca en el futuro, cuando nos enteramos (vía un noticiero que se queda corto con la información que debería brindarnos) que los humanos han descubierto a licántropos y vampiros y los persiguen para salvaguarse de ellos. El gobierno emplea estrategias agresivas y marcadas para contenerlos y aislarlos. De hecho, aplican una especie de "purga" y logran en apariencia hacerlos desaparecer de la superficie. No hay vacuna para los infectados y los del inframundo parecen estar bajo control luego de un corto tiempo.
Han pasado 12 años de la última aparición de Selene y la encontramos a los pocos minutos en el fin de un largo proceso de hibernación. Alguien desactivó su celda y la regresó a la vida. Ella se encuentra en una compleja e incómoda situación: siente la vibración de los recuerdos de una persona, aunque no logra dar con su pareja, de quien cree que es la percepción. Al salir de su prisión criogénica, la joven híbrida comenzará a atar cabos y a entender que esta guerra que le cuentan no es tan así y que hay poderosos intereses que operan para apoyar a una de las partes del conflicto. No anticipamos nada más (la película es bastante corta para los estándares actuales), ya sabemos que ella dará con un ser muy especial y juntas, deberán luchar contra sus enemigos naturales, quienes han evolucionado y cuentan con bastante terreno a favor...
La cinta ofrece acción y gore a raudales, hecho potenciado para lucir mejor en 3D, la oscura fotografía está a tono con el espíritu de la saga y la banda de sonido no se queda atrás. Beckinsale se prueba el traje de Trinity (Matrix) en algún momento (las coreografías empleadas evocan esa influencia de manera marcada) y hace esfuerzos por humanizar su papel, pero con resultado dispar. Intenta conmover pero sólo impresiona en sus saltos y destrezas físicas, apenas.
La trama mucho no importa, es una excusa. Sí se espera en "Underworld: awakening" que el director pueda presentar esquemas convincentes y atractivos para las batallas y las luchas cuerpo a cuerpo y los cineastas lo entienden bien. En ese sentido, Måns Mårlind y Björn Stein (una dupla que viene ensayando films opresivos y thrillers fuertes) filman lo que se espera en estos casos, sin mayores expectativas.
No brillan secundarios (Stephen Rea debe hacer uno de los papeles más flojos de su carrera) ni se los necesita. Tampoco se registran picos de expectativa en la sala (la violencia es constante y pareja, no da respiro), pero nadie sale decepcionado, recibieron seguramente lo que buscaban. No es Resident Evil (franquicia que amamos pero perdió el norte hace un par de entregas) porque hay una mayor dedicación para las construcción de este universo y sus enfrentamientos, hay más riqueza en este plano, creemos. Entre Alice y Selene, elijo la primera porque la siento menos artificiosa, más allá de los horrendos lentes de contacto azules que usa...
Aprueba, pero no se las recomiendo si no vieron las anteriores o no les gusta el género. Si son fans, se quedarán con ganas de más.