Incendies

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Mapa del corazón humano en carne viva

En general, este tipo de cine es el que se aleja del entretenimiento puro y comercial, y elige contar una historia tremendamente humana, profunda y de gran impacto emocional. Una categoría donde el director y su equipo eligen abordar un relato y le dan un marco histórico y cultural preciso que permite desplegar una paleta brillante ante la cual no se puede ser indiferente. Esto tiene lugar pocas veces en nuestra cartelera. Pero, cada tanto aparecen cintas que hay que celebrar porque su llegada es absolutamente esencial para el fiel cinéfilo. Llega la multipremiada "Incendies" y concita toda la atención de la prensa especializada porque se sabe que no es una película más. Film que llega con excelentes antecedentes (nominada al Oscar como Mejor película en habla no inglesa y ganadora en Varsovia y Toronto) y que confirma absolutamente todos sus valores a lo largo de su metraje. "Incendios" es un viaje, único y vibrante que no deben perderse aquellos fanáticos del cine de categoría. Está basada en una obra de teatro de un autor que vivió un exilio parecido al de sus protagonistas, Wajdi Mouawad..

La historia se presenta de manera extraña, cuando dos gemelos, Jeanne y Simon (Melisa Desormeaux-Poulin y Mauxim Gaudette) deben enfrentar una cita con el notario encargado de leer el testamento que dejó su madre, Nawal (Lubna Azabal), quien ha fallecido súbitamente. Dentro de los primeros minutos del film, este escribano que debe informar a los hijos de la difunta de su última voluntad, (Remy Girard, muy sólido) sabe que nada será fácil a partir de ese momento. Nawal sirvió muchos años a su cargo y él posee cierta información que sus hijos no, con lo cual, cuando ellos se enteren que tienen un hermano y que su madre ha pedido que lo busquen y le entreguen una carta, el desconcierto ganará la escena. Hay un secreto familiar fuerte en la vida que llevó esa mujer y en su legado ella deja claro que no tendrá paz en su descanso hasta que sus hijos hayan dado con su hermano. En este pedido, dice que deberá ser enterrada boca abajo, en símbolo de deshonra, si es que sus vástagos no llevan a cabo la tarea pedida. Jeanne acepta el desafío y parte a desentrañar e investigar sobre la vida de su madre en sus años jóvenes mientras que Simon se niega y prefiere esperar en Canadá novedades de la búsqueda.

De aquí en más, la película combina flashbacks que traen la historia de Nawal, desde muy joven, (y de la cual no queremos anticipar nada para no develar el misterio) y la díficil búsqueda que realiza su hija en la primera parte para reconstruir, desde la nada (creció casi sin información sobre este pasado) un universo tremendamente peligroso en el que recorrerlo significa atravesar incendio tras incendio y despejar cada incógnita sobre las cenizas de cada recuerdo. Nawal vivó en el Líbano, donde en su época fue cristiana y defendió esas ideas, dentro de una feroz lucha ideológica contra los musulmanes. Esa confrontación cobra una dimensión enorme en "Incendies", es el corazón del film, si bien lo humano es enorme, la trascendencia del guión se nutre de este mensaje, la guerra y las creencias afectan el destino de las familias, de maneras tan violentas que hoy en día, sin estar allí, nos cuesta imaginar. Ponerse en contexto es lo que permite vivir la película como una brasa pura y abrigarse en el fuego que genera, si bien Denis Villenueve elige no dar mucha precisión sobre ciertos lugares, es fácilmente reconocible el sector geográfico que transita y los habitantes que pueblan ese espacio. A lo largo de 130 minutos que no decaen en ningún momento, seremos testigos de revelaciones increíbles en un recorrido íntimo, duro y desgarrador que habla de lo que a los individuos nos pasa en el corazón, con el amor hacia cada uno de nuestros semejantes, a distintos niveles. "Incendies" habla de dolor y de elecciones, de lo perdido y de la gracia de vivir. Y cuando ya nos parece que nada más nos puede sorprender, nos regala un final exquisito, digno cierre de una enorme película.

Creo que es una película que no hay que perderse. De lo mejor de los últimos tiempos y una gran sorpresa en cartelera.