Igualita a mi

Crítica de Marcelo Cafferata - Revoleando Butacas

Igualita a Suar

Fredy (Adrián Suar) es un cuarentón que no abandonó todavía su eterna adolescencia y tiene todos los tics del típico mujeriego que está más abocado a ir a la peluquería para ocultar sus canas, no faltar a ninguna de las citas en las discotecas de moda con mucho champán que de sentar cabeza de una vez por todas.

Una de sus conquistas en una nocturna "rotation" por su disco habitual, será Aylin (la siempre extrovertida y sonriente Florencia Bertotti, quien parece tener arraigados aún algunos de los mohines de Floricienta de los que no logra despegarse) quien después de algunas copitas de más en el departamento del Don Juan le confiesa que está en la búsqueda de su padre y que él no es más que una de sus tres alternativas. Exámen de ADN mediante, tratarán de encontrar la verdad, sin pensar ambos que este análisis les dará otra sorpresa más a ambos: Aylin está embarazada, por lo que en un mismo trámite Fredy se convierte en padre y futuro abuelo al mismo tiempo.

El guión de Juan Vera (quien había participado como productor en "Un novio para mi mujer") le brinda a Suar la posiblidad de un Fredy escrito a su medida, en donde puede hacer carne cada una de las líneas de diálogo (cosa que no sucedía en una forzada composición teatral de "El año que viene a la misma hora" o bien cuando intentó tocar algunos otros matices en "El día que me amen" con Leticia Brédice).
La velocidad de los diálogos en un estilo sitcom y la frescura con la que se desenvuelven tanto Suar como Bertotti, hacen que la comedia vaya por los mejores cauces y que el ritmo no decaiga en ningún momento.

Es también un rasgo distintivo respecto de otras producciones, que la dirección sea de Diego Kaplan (cuya opera prima fue "¿Sabés nadar?" en el '97 con un registro completamente opuesto al que tiene esta comedia) y aún con sus diferencias, "Igualita a mi" respira en todo momento un estilo similar al de las comedias de Juan Taratutto o bien las anteriores producciones de Suar como "Apariencias" donde se remite a la comedia clásica bien estructurada.

Sin bien puede haber algunos puntos del guión sobre los que puede tenerse algún reparo (sobre todo en la excesiva reiteración de las escenas de Suar en la disco donde ya quedó claro el perfil del personaje desde un primer momento sin necesidad de tanta repetición casi calcada -Suar bailando a los saltos mientras la señorita en cuestión se entrega a su "verso amoroso" entre la música ensordecedora-), el excelente trabajo de casting compensa cualquier observación y es una de las piezas claves del éxito en el ritmo de la comedia.

Dentro del elenco secundario, si bien se destaca Claudia Fontán con un talento especial para este tipo de pasos de comedia (y con un guión que le podría haber dado más lugar a su personaje), todos los roles están cubiertos con una enorme eficacia: la madre de Aylin que llega desde el sur, con planteos completamente desopilantes al que fue su amor fugaz de juventud, la pareja de Juan Carlos Galván y Ana María Castel como los padres de Fredy y también Gabriel Chame Buendía como el hermano que sigue más los lineamientos de la familia que tiene que soportar al "tiro al aire" de su hermano.
Un producto cuidado tambien en todos los rubros técnicos hace suponer que no solamente se pensó en dos figuras de amplia convocatoria televisiva para generar una concurrencia de público, sino de una decisión de entregar una buena comedia con todo lo mejor que brinda este género.

Y Suar, agradecido, sigue nadando como pez en el agua....