Horizonte profundo

Crítica de María Paula Rios - Cinepapaya

Estamos ante un claro exponente del cine catástrofe hollywoodense, con la salvedad de que la historia está basada en hechos reales: una dantesca explosión en una plataforma petrolera situada en el Golfo de México.

La película comienza con una pareja que yace en la cama. Cuando despiertan y dialogan nos enteramos que están a punto de separarse, pero por una cuestión laboral. Más tarde se trasladan a la cocina y allí se suma su pequeña hija, quien a través de sus tareas escolares revelará la profesión del papá: es el encargado de mantenimiento de la plataforma petrolera Deepwater Horizon.

Está cálida escena familiar es un excelente recurso, no solo para ubicarnos en contexto y advertirnos de que trata el trabajo que se realiza en la plataforma, sino también para empatizar de lleno con el protagonista (Mark Wahlberg), quien más tarde se pondrá el sayo de héroe.

Ya es rutina que el abnegado padre se ausente durante varios días, solo que esta vez la situación será diferente, algo impensado sucederá. Apenas este pise la plataforma notará que las cosas no están como siempre, fundamentalmente porque otros obreros se retiraron sin haber realizado una prueba muy importante que mide el nivel de presión en el foso.

Todo se resume a que la empresa excavadora está perdiendo millones de dólares, debido a que ya se agotó el petróleo, y quiere sellar el pozo a cualquier precio pasando por alto varias reglas de seguridad. Y es así que suceden las tragedias, la codicia más la negligencia son el combo perfecto, incluso en exploraciones con tecnología de última generación a disposición.

La película recrea y se centra en la catástrofe sucedida, utilizando efectos especiales sorprendentes y una narración claustrofóbica y angustiante que nos mantiene todo el tiempo en vilo. Si bien la misma no aporta una visión novedosa al género, logra transmitir con solvencia tanto las dimensiones del desastre como la sencilla cotidianidad de los personajes. En síntesis, Peter Berg nos brinda un tour de force invadido de acción, con el típico componente emotivo que caracteriza a este estilo de films.