Hermosa venganza

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

“Hermosa Venganza” esconde un plan perfecto para que cazadores sexuales se encuentren con su naturaleza y con el arrepentimiento. Si bien, en realidad, el acto de ajusticiamiento resignifica las razones de un duelo. Para Cassie (Carey Mulligan) el desquite es una forma de catarsis. El reciente film, dirigido por la realizadora Emerald Fennell, viene a redefinir que entendemos por relaciones consensuadas y, bajo tal paradigma, su concepción se vuelve en extremo pertinente para las coordenadas sociales que nos atraviesan. Pretende la autora reconstruir la idea del abuso en pos de un cambio de conciencia. Película urgente en forma de comedia sarcástica, que pretende abordar aspectos difíciles y dolorosos. El asunto es, ¿cómo lo hace?

Llama la atención la iconografía elegida, contrastante con la amargura de los eventos relatados. Colores pastel y una escenografía pulcra, donde todo luce en perfecta armonía, ambientan y dan atmósfera a una historia que elige una singular propuesta estética para reflexionar acerca del ser humano (en verdad, un género masculino) portador de un depredador instinto presto a ser liberado. El choque de estilos excede el estilizado enfoque visual, el problema es francamente narrativo, conceptual. Puede que el film aquí demonice cierto patrón y todo varón circundante se cierna como objeto de peligro. ¿Es necesaria tanta literalidad? El hombre es un ente maligno, débil e insensato. También hay mujeres que callan por conveniencia. A ojos de una platea ávida por defender a la víctima de su potencial abusador, a quien lapidará, despedazará, la balanza se inclinará por propio peso. Fuera de toda luz de ambigüedad, le quita capas de complejidad al análisis la represalia tomada por esta ‘joven prometedora’, curando las heridas provocadas por un orden social sistematizado en su machismo. Un tópico frágil para abordar en nuestros, que refleja la medida justa con la que se mide nuestra libertad de opinión a la hora de impartir un juicio que podría sensibilizar a ciertos sectores. Aquí es donde el análisis se complejiza. En tiempos de inclusión, los absolutismos solo generarán más segregación. Y el retrato burdo, de trazo grueso, solo generará más violencia. Que no es menor acto violento que subestimar la inteligencia del espectador. No todo es blanco o negro, y poco puede evolucionar una sociedad que mire, piense y sienta sin cotejar las zonas grises.

¿Qué mirada tenemos del género opuesto? ¿Es realmente justa la vara con la que medimos a aquel cuyos actos juzgamos? ¿Cuánto toleramos y comprendemos, del dicho al hecho? Puede la inversión radical de roles propuesta por el film llevarnos a visibilizar dinámicas sociales bajo la lupa hipócrita, es cierto. Villana número uno de su propia vida, cobija a Cassie un mundo de colores pastel de su infancia atrapada en el tiempo. Duplica su intención un espíritu empoderado que la coloque fuera del radar de su zona de confort, dispuesta a replantearse hasta donde está dispuesta a llegar. Tiene todo calculado. Cínica y retorcida, “Hermosa Venganza” respalda la fortaleza femenina con resultados insuficientes. Pesquisa las consecuencias del trauma y evalúa efectos devastadores; satura una olla a presión a punto de estallar…pero ofrece su mensaje de la forma más condenable. La siempre impecable Carey Mulligan prueba el amargo bocado de su propia realidad llevada al absurdo. Que el mensaje sabotee el producto final no le quita un ápice a su maravillosa actuación.