Hardcore: misión extrema

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Robocop moderno arruinado por una cámara insoportable

La importancia de "Robocop" de Paul Verhoeven en el cine fantástico no puede ser subestimada. Sin ir más lejos, esta nueva "Hardcore Henry" está filmada enteramente como una subjetiva del pobre Robocop mientras lo iban ensamblando.

Claro que pasó mucho tiempo, y lo que era original en un momento puede ser excesivo y totalmente ordinario en una época donde en todas las redes sociales e incluso en la TV se muestran videos grabados con una camarita GoPro en la cabeza, generando infinitas e insoportables imágenes subjetivas de gente realizando las más distintas actividades. O incluso una película como ésta, que retoma el experimento de Robert Montgomery en 1947, adaptando "La dama del lago" de Chandler usando sólo una cámara subjetiva, pero llevando el asunto a una ultraviolencia frenética y descerebrada que sería más divertida si no estuviera basada en un solo truco formal.

El Henry del título original es un tipo recauchutado al estilo ciborg por el que todos los maleantes de Rusia se pelean matándose unos a otros sin piedad. El protagonista no puede hablar, y por eso se limita a escuchar a un montón de tipos que se le aparecen en medio de masacres y le dan alguna instrucción antes de ser liquidados casi instantáneamente. Hay escenas muy divertidas, por ejemplo, una en un burdel de lujo, y ni hablar de que la superacción y el gore abundan, pero el problema de la película es que después de un rato el recurso de la cámara subjetiva se vuelve totalmente insoportable.

Eso sí, la banda sonora, con mucho tecno y bastante rock'n'roll clásico, es buenísima.