The Gunman: El objetivo

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

Un mercenario con culpa

Sean Penn desembarca en el cine de acción con este film dirigido por Pierre Morel (Búsqueda implacable) donde interpreta a un criminal que apuesta a cambiar su vida.

Sean Penn, ganador de dos premios Oscar, entre muchos otros reconocimientos, se suma a la lista de actores prestigiosos que buscan una nueva línea acercándose al cine de acción. Como Sean Penn tiene también un conocido interés político, su vuelco hacia la acción incluye algunos detalles sociales que no son menores.
Jim Terrier (Penn) es un mercenario, un asesino pagado que años después de haber terminado un trabajo en África y haber dejado atrás a su gran amor, sigue sufriendo del estrés post traumático producto de su pasado siniestro. Arrepentido y retirado de la vida criminal, se dedica a realizar ayuda humanitaria en el continente. Pero sus viejos jefes han salido a eliminar los cabos sueltos de aquella misión y ahora Jim sabe que lo único que le queda es enfrentarlos.
El director de este film de acción con aires de compromiso es Pierre Morel, el mismo que hace unos años cambió para siempre la carrera de Liam Neeson cuando lo dirigió en Búsqueda implacable (Taken, 2008). Sin embargo, el deseo de darle más drama y seriedad que hay en The Gunman la deja un poco atrás como film de acción con respecto a aquella película. El estilo pretende ser un poco más realista, darle una supuesta mayor profundidad, pero en definitiva lo único que realmente tiene valor son las escenas de acción. Por otro lado, al querer que haya un toque de realidad, The Gunman nos obliga a tomarnos de otra manera la historia, y el hecho de que el protagonista sea un asesino arrepentido no termina de generar empatía con los espectadores en lo que respecta al drama político.
La película, una producción entre Reino Unido, España y Francia, está filmada en Europa y África y tiene un despliegue propio de esta clase de films. Pero si no está a la altura de Búsqueda implacable, tampoco lo está de los films de Jason Bourne o de otras series de películas. Los actores –incluyendo a Javier Bardem– tienden a ser más actores de drama que de acción, lo que lleva a algunos momentos de sobreactuación, pero en general cumplen bien sus roles. Sean Penn se adapta al papel y en su doble rol de actor productor debe haber tenido bastante poder de decisión. Lamentablemente, y sin anticipar nada de la trama, no hay mucha coherencia moral en el film, lo que también debilita su lado serio. La acción, entonces, las variadas locaciones, los cambios de país y paisaje, son lo que le dan un marco aceptable a este film menor, con mayor pretensión que resultado.