Gonjiam: hospital maldito

Crítica de Ricardo Ottone - Subjetiva

“Gonjiam: Hospital maldito”, de Beom-Sik Jeong
Por Ricardo Ottone

El 31 de cctubre de 2012 (Halloween para los más dormidos), la web de CNN en su sección de viajes publicó una lista de 7 lugares perturbadores del mundo (freakiest es el término que usa) para visitar si uno está con ganas de emociones fuertes. Una lista de lugares donde pasaron hechos trágicos y lograron con el tiempo, por su historia y su estado de abandono un aura de misterio y terror. La lista resultó inspiracional a la hora de poner estos lugares en el mapa y en 2013 se filmó la producción tailandesa de fantasmas H Project en uno de los lugares reseñados: la isla de Hashima en japón. En 2015 Gus Van Sant filmó el drama The Sea of Trees en el bosque de Aokigahara también en Japón, un lugar favorito para cometer suicidios. Pero este material tenía más pasta para historias de terror y el mismo año se estrenó El bosque siniestro, donde ahí sí tenemos espíritus atormentados y furiosos como cabe esperar de una locación semejante. Si el lugar tenía algún tipo de maldición parece haber alcanzado también a las películas porque, sin importar el género, ambas terminaron en fracasos de crítica y público. Rozando este Halloween 2018 llega una nueva producción de terror inspirada en otro de los lugares de la lista (y decimos inspirada porque allí se la menciona explícitamente): El hospital psiquiátrico abandonado de Gonjiam en Corea del Sur.

Aquí el productor de un portal coreano de Youtube dedicado al terror que, atento a la famosa lista y a que uno de los lugares lo tienen cerca, va con un grupo integrado por camarógrafos, conductor y un trío de jóvenes invitadas para transmitir en vivo desde el lugar, obviamente de noche para mayor efecto. La meta es conseguir una buena cantidad de vistas para que la incursión sea redituable, un millón es la cifra a alcanzar. El productor responsable, conocido entre los suyos como “el capitán” es un tipo ambicioso y, como cabe esperar, inescrupuloso y no tiene problema en falsear algunos efectos sin avisarle a sus invitadas para forzar los sustos. El problema va a venir cuando las entidades atormentadas que efectivamente habitan el edificio, y que el equipo vino a buscar sin realmente creer en su existencia, hagan acto de presencia y le den a los intrusos motivos reales para tener miedo.

La premisa de la película se sostiene en la existencia real de este hospital donde se produjeron una serie inexplicada de muertes en el pasado y entre otros fenómenos que pasaron entre sus paredes está la desaparición misteriosa de su directora. Y claro, las posteriores experiencias sobrenaturales de quienes visitaron el lugar ya en ruinas. Una buena parte de la efectividad está dada por la locación que la producción del film tuvo la interesante idea de reproducir con fidelidad. No está filmada en el verdadero hospital pero se usaron los planos, fotos y filmaciones para reconstruir sus pasillos, salas y oficinas, darles el tratamiento para que luzca como es actualmente y ese escenario es el que se usó para poner en escena el relato. Eso le proporciona una atmósfera ominosa y opresiva que acompaña y refuerza el inquietante deambular de los personajes.

Gonjiam: Hospital maldito es otro exponente del subgénero Falso Documental o Falso Found Footage que se viene reproduciendo desde The Blair Witch Project (1999) para acá. La premisa es más o menos similar, un grupo de jóvenes imberbes va a un lugar siniestro con la intención de explotar la leyenda negra que lo rodea y se llevan el chasco de su vida al comprobar de la peor manera que la leyenda es cierta. Beom-Sik Jeong, director y guionista trata de aggiornar el concepto a la era de Youtube y las redes sociales cambiando filmación amateur por streaming en directo. El otro elemento que agrega es la multiplicación de cámaras. Cada personaje tiene adosada una cámara doble que toma lo que tiene delante y al mismo tiempo su rostro, se colocan además cámaras en lugares estratégicos del edificio y hasta se usa un dron sobrevolando el lugar mientras “el capitán” recibe y administra las señales desde una carpa en el exterior que sirve de sala de control. Esto tiene la ventaja evidente de multiplicar a su vez los puntos de vista y cubrir más áreas. Pero no siempre más es más y algo siempre se pierde, en este caso parte de la gracia del subgénero que está en que el punto de vista de la cámara sea el de un personaje y por extensión del espectador logrando así una identificación más directa que pone al espectador en el lugar, sufriendo lo que el personaje sufre. Si hay un punto de vista análogo al del espectador acá es con “el capitán” que recibe y reparte las señales, elige que poner o manda repeticiones, No es lo mismo y, además, este personaje es un tanto repelente como para que uno trate de identificarse.

En el medio de esa noche de terror, el film bordea algunos temas como el valor de verdad, su uso como mercancía y su manipulación, la necesidad de mantener a la audiencia interesada a cualquier costo y satisfacer la demanda de morbo. Como film de terror hace uso de unos cuantos lugares comunes y su capacidad para asustar se relativiza en parte porque, salvo por un breve prólogo, lo sobrenatural espera hasta bien avanzada la película para manifestarse. En contrapartida se hace un uso más sutil de elementos como objetos que se mueven, desaparecen y aparecen en lugares inesperados, sonidos y sombras. Y los fantasmas cuando aparecen lo hacen de lejos, poco iluminados pero fatalmente presentes y conscientes de la presencia de los intrusos, ciertos recursos que en suma resultan más efectivos que los habituales fantasmas que aparecen de repente y a los gritos. Mientras tanto ya está en postproducción la coproducción anglo-mexicana Island of the Dolls ambientada en la isla de las Muñecas, México, otro de los sitios de la lista, así que el tour sigue.

GONJIAM: HOSPITAL MALDITO
Gon-ji-am. Corea del Sur. 2018.
Dirección: Beom-Sik Jeong. Intérpretes: Seung-Wook Lee, Ye-Won Mun, Ji-Hyun Park, Sung-Hoon Park, Ha-Joon Wi. Guión: Beom-sik Jeong, Sang-min Park. Fotografía: Yoon Byung-Ho. Música: Na Yoon-Sik. Producción: Won-kuk Kim. Distribuye: BF. Duración: 95 minutos