Gnomeo y Julieta

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

El clásico de clásicos de William Shakespeare ha inspirado todo tipo de transposiciones cinematográficas. La tragedia épico-romántica tuvo su versión pop de la mano de Baz Luhrmann y ahora llega en plan de animación infantil en 3D con gnomos como protagonistas. El director es Kelly Asbury -formado en Disney y realizador de Spirit: el corcel indomable y de Shrek 2- y el resultado es medianamente convincente. Hay un gran despliegue de color, escenas de acción, números musicales con canciones conocidas y gags físicos, pero por momentos todo esa acumulación y esa desesperación por sostener el vértigo (Romeo peleando una y otra vez contra su suegro) esconde una falta de ideas y una escasa capacidad de sorpresa (los siete guionistas involucrados hicieron un trabajo apenas discreto). Las bromas están basados en los anacronismos propios de situar el film en la actualidad, en la presencia de simpáticos animalitos y en ciertos guiños a la cultura pop. Con eso, le alcanzó para convertirse en un sorprendente éxito de taquilla en los Estados Unidos y otros mercados. Pero para los amantes de la animación -habituados a la excelencia alcanzada por tantas producciones recientes- deja gusto a poco.