Girimunho, imaginando la vida

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

Realismo mágico en Brasil

Girimunho, imaginando la vida (2011), film de los realizadores brasileños Helvecio Marins Jr. y Clarissa Campolina , tuvo su estreno argentino en el 26 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.

En un pueblo del interior del Brasil vive Bastu, una mujer de 81 años que será la encargada de llevar adelante un relato que borra los límites existentes entre lo ficcional y documental, una historia que traspasa lo onírico para volverse real.

Qué es un girimunho (remolino) sino un estado de movimiento capaz de romper con lo establecido. Un pueblo en el interior brasileño detenido en el tiempo será el escenario para contar una historia de muertos que no quieren irse y pistoleros que hace tiempo dejaron de serlo. Seres que deambulan como fantasmas dentro de un universo particular, en donde la sensatez se torna en locura y la imaginación en realidad.

Un Brasil desconocido, monótono, desolado, en donde el colorido estará en la fotografía saturada de su paisaje y el ritmo anodino del tiempo se mezclará con algunas canciones que, sin un sentido alguno, aparecerán dentro del cuento para darle sonoridad a una historia de palabras escasas y grandes silencios.

Girimunho, imaginando la vida es una ficción pero también es un documental de observación. Cuánto hay de mentira y cuanto de verdad no lo sabremos, ni tampoco es lo importante. Hay una historia puesta al servicio de una serie de personajes ricos en su esencia y que como un remolino dará vueltas hasta romper con los límites que separán el mundo real del inventado.Realismo mágico que el cine brasileño supo interpretar y ponerlo en imágenes.