Fulboy

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

Cuando jugar al fútbol es un trabajo

Cuando muchos aficionados al fútbol van a la cancha a presenciar la disputa de su equipo favorito, muy pocos saben lo que se esconde detrás de ese multitudinario espectáculo. El director Martín Farina se internó con este documental en la cotidianidad de un equipo en las postrimerías de disputar un importante match, y deja transitar su cámara por esos muchachos que, mucho más allá de sus simples existencias, deben trabajar duramente. Entretenido y dispuesto a cautivar por su simpatía, el film cumple su cometido de espiar la vida de todos los días de un equipo de fútbol de cualquier lugar del mundo, ß Adolfo C. Martínez

Cuando muchos aficionados al fútbol van a la cancha a presenciar la disputa de su equipo favorito, muy pocos saben lo que se esconde detrás de ese multitudinario espectáculo. Los jugadores, esos que están en el campo dispuestos a brindar lo mejor para su público, poseen en sus vidas privadas y profesionales tantas alegrías como tristezas que los convierten en alguien siempre dispuesto a hacer con sus pies ese gol tan ansiado por sus admiradores.

El director Martín Farina se internó con este documental en la cotidianidad de un equipo -Platense- en las postrimerías de disputar un importante partido, y deja transitar su cámara por los cuerpos de esos muchachos que, mucho más allá de sus simples existencias, deben trabajar duramente para dejar satisfechos a sus seguidores en cada uno de los encuentros. Con el acceso privilegiado de tener a su hermano entre uno de los jugadores retratados, la cámara de Farina ingresa a espacios que los cineastas suelen tener vedados en el popular y a la vez secreto mundo de los futbolistas. Observados siempre en función de su actividad que es física, aquí en realidad aparece todo lo que suele ocultarse. Las charlas de vestuario, ese espacio en el que la habilidad deportiva se discute tanto como otros aspectos del vínculo entre los compañeros de equipo. Como sucedía también en la notable Taekwondo, de Marco Berger, que aquí colabora en la edición del material, los cuerpos como medio de expresión y la mirada que remarca la contundencia de la masculinidad dicen más de lo que aparenta la superficie.

Entretenido y cautivante, el film cumple su cometido de espiar la cotidianidad de un equipo de fútbol y de mostrar aquello que no se ve, el misterio que se oculta en el vestuario.