Frankenweenie

Crítica de Tomás Maito - A Sala Llena

La magia del universo creativo de Burton se mantiene intacta

Tim Burton es uno de los mejores directores que dio el cine estadounidense en los últimos 25 años. La cuestión es que últimamente sus films venían defraudando, desde la olvidable Alicia en el País de las Maravillas hasta las intrascendentes Sweeney Todd y Sombras Tenebrosas.

La excelente noticia es que con Frankenweenie volvió el mejor Burton: el creativo, nostálgico, cinematográfico y soñador; siendo este nuevo film una brillante obra y la segunda de animación que dirige tras El Cadáver de la Novia.

Basada en un propio relato en sus épocas de juventud, Frankenweenie narra la historia de Víctor, un introvertido e inteligente niño que le dedica su tiempo a sus pasiones: el cine y la ciencia. El inconveniente surge cuando su perro Sparky muere a causa de un accidente; en tanto que a partir de ahí el protagonista hará todo lo posible para hacerlo sobrevivir.

Por sobre todas las cosas, el nuevo film de Burton es sumamente nostálgico, compuesto de grandes referencias a los míticos films de los monstruos de la Universal, como Frankenstein o La Novia de Frankenstein, ambas grandes obras de James Whale.

Filmada en blanco y negro, y de un entorno oscuro símil a El Joven Manos de Tijera y La Leyenda del Jinete Sin Cabeza, Frankenweenie resulta una película sorprendente, de una historia atrapante y sumamente entretenida, la cual entre su cinefilia y su gran espectro visual llena la pantalla mágicamente con una melancolía encantadora, la cual es expresada en cada uno de sus personajes y situaciones, manteniendo la línea de las más personales ideas de Burton.

Hay una escena en el comienzo del film que es encantadora y resume lo que es la película, y la extensión de la creatividad burtoniana. En esta parte, se puede observar la proyección de un film que había hecho Víctor, en el cual su perro, muñecos y efectos caseros pronuncian un gran homenaje al cine de clase B y sobre todo a la magia de hacer cine.

A pesar que el uso del 3D en el film no aporta demasiadas innovaciones visuales a lo que es la profundidad de campo, la aplicación de este atributo técnico resulta mucho más lógico en Frankenweenie que en Alicia en el País de las Maravillas, para la cual este tópico parecía totalmente innecesario.

El mejor Burton está de nuevo y Frankenweenie es el puro reflejo de ésto, con una historia alocada, encantadora y de un gran humor negro que hace que este sea el mejor film del director después de El Gran Pez.