Foto Estudio Luisita

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Parecen salidas de una película latinoamericana estas tres hermanas de andar lento, amantes de los animales, que viven en la calle Corrientes. Esa calle Corrientes, donde la noche se hizo eterna en épocas doradas cuando los cafés de la avenida humeaban hasta la madrugada, los restaurantes hervían de gente y las librerías como teatros y cines que saturaban la calle, no paraban de recibir público. Ese fue el ambiente en que nació "Foto Estudio Luisita", el lugar donde actores, actrices, vedettes dejaban sus imágenes fotográficas salidas de la magia de la cámara de Luisita, que ayudada por sus hermanas, trabajó por la memoria y cristalizó el tiempo. 

La ópera prima de Sol Miraglia y Hugo Manso habla de Luisita Escarria y sus hermanas, colombianas que re-fundaron su estudio fotográfico de Cali en un departamento de la calle Corrientes al 1300 y recibieron la colorida burbuja del espectáculo porteño con figuras como Tita Merello, Luis Sandrini, Atahualpa Yupanqui, Alberto Olmedo, Jorge Porcel, las míticas Nelidas, vedettes inolvidables (la Roca y la Lobato), las Pons (Norma y Mimí), las Rojo (Ethel y Gogó), Amelita Vargas, Susana Giménez o Moria Casan. Un estudio que se volvió trashumante y recorrió los teatros porteños, el Maipo, el Nacional, el Odeón, sus ensayos y sus estrenos.

LA MEMORIA
En un amoroso recorrido, los directores integran el amigable departamento que cerró como estudio en 2009 (abrió en 1958) y atesora un invalorable tesoro de más de 20.000 imágenes, que en florales cajas, formando parte de las cuidadas ceremonias del té de sus habitantes, ya inician su camino hacia el Archivo de la Memoria porteña.
Como hada madrina de las imágenes, Luisita preside la casa, junto a Rosita y Chela, que retocó las realidades fotográficas con un pincel, mientras un pasado de padres fotógrafos sellaba el destino de las tres hermanas.
Cálido testimonio pleno de fotos de la época, noticieros, fragmentos de las puestas en escena y hasta la presencia en vivo de algunas de nuestras eternas vedettes, dando un lugar especial a la llamada "Reina del Mambo", que intervino en más de 30 películas argentinas, Amelita Vargas, muy amiga de las señoritas Escarria y modelo de las primeras fotos del estudio. Un filme de impecable factura formal, que revive el brillo de la revista porteña y sus intérpretes con un acompañamiento musical que invita a bailar.