Foto Estudio Luisita

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

La ópera prima de Sol Miraglia y Hugo Manso, "Foto Estudio Luisita", es un cálido retrato de una vida en contraste con la profesión elegida. El refrán dice “en casa de herrero, cuchillo de palo”. Algo así como no ejercer puertas adentro, lo que mostramos al afuera desde nuestra labor o profesión.
Algo así podría decirse de Luisa Escarria, conocida como la fotógrafa de la época de oro de la revista argentina. Una mujer que se encargó de retratar los cuerpos más esbeltos, en las poses más provocativas, con los vestuarios y los brillos más sensuales; todo era provocación en las foto de Luisa, o Luisita.
Sin embargo, ella no es lo que muestran sus fotos. Sol Miraglia toma las riendas de este documental co-dirigido en segunda línea por Hugo Manso, encargado del armado del guion.
Ella será la voz en off, que, de vez en cuando, nos cuente cómo llegó hasta Luisita, cuál es el vínculo que las une, y cómo es la experiencia de llevar a cabo este trabajo documental, en conjunto con una muestra fotográfica ad hoc en el Teatro San Martín. Sol es fotógrafa, y el mismo día que dio con algunas muestras del trabajo de Escarria, pudo conocerla personalmente.
Inmediatamente las unió un vínculo fuerte, probablemente encariñada con esa figura tan diferente a lo que expresan las fotos, tan querible. Sol se adentró en la vida de Luisita y sus hermanas Rosa y Graciela.
Cuando surge la posibilidad de homenajearlas mediante una muestra fotográfica de sus obras en el Teatro San Martín; a la vez que la de llevar a cabo un registro documental de esos hechos; se plantea una puesta en valor del material, y una reconstrucción mediante testimonios de la vida y los años de gloria del estudio fotográfico; Luisa, Rosa y Graciela llegaron desde Colombia en 1958 y casi de casualidad les hicieron unas fotos a la troupe de José Marrone que se estaría presentando en el Maipo.
Al poco tiempo, ya eran las fotógrafas oficiales de ese teatro, y hablamos de los años ’60 y ’70, la época dorada de la revista argentina; también de los ’80, los años de su caída. Luisa es la encargada de llevar adelante el estudio, es su nombre y cara visible, pero Rosa y Graciela, que según la propia Luisita son una solo persona, cumplen también sus labores.
Es que las fotos de "Foto Estudio Luisita" no son cualquier foto. Más allá del brillo y la osadía, se caracterizan por el montaje posterior realizado sobre los negativos, lo cual crea un mundo de ensueño, ese que caracteriza al universo revisteril.
Fotos pintadas, superposiciones, explosión de colores, fantasías, brillo, y glamour popular/mundano. Eso es lo que se ve en las fotos del estudio. Cuando uno conoce la vida de estas hermanas, caeremos en el contraste. Las Escarria llevan una vida recatada, muy tranquila y tradicional, casi conservadora.
Tres hermanas solteronas, ahora ya ancianas, siempre muy tapadas, con los pelos batidos y recogidos, lentes gruesos, maquillaje sobrecargado, en una casa con adornitos de bazares populares sin respetar ningún código estético, que respetan rutinas como tomar el té, y escuchar Radio 10.
"Foto Estudio Luisita" es un documental hecho con amor, y eso es lo que transmite durante su corta duración. Es imposible no sentir cariño por estas tres hermanas que se hacen querer con cada cosa que dicen, con cada accionar. Son personajes de John Waters, profundamente cinematográficas.
Además de retratar la vida de estas hermanas que se tienen a sí mismas, de expresar el vínculo que las une con Sol, y contar sus vidas y su labor mediante viñetas; "Foto Estudio Luisita" es una interesante reflexión sobre el paso del tiempo, con añoranza, y sin rencor.
Luego de la caída de la revista en los ’80, el estudio tuvo que ir aggiornándose a oros ámbitos, como el mundo de la música popular; luego pasar a las portadas de álbumes de bailanta y tropical – y no de los grupos más conocidos –; para luego caer irremediablemente frente al poderío de la tecnología. El trabajo artesanal de las chicas, hoy se hace en pocos pasos digitalmente.
No es un dato menor que el devenir del estudio lo sepamos de inmediato en el documental. Es uno de los primeros datos que nos arrojan. Las propias hermanas no viven el cierre del estudio con negatividad, la debacle de los últimos años se ve con una sonrisa, es el inevitable paso del tiempo. El brillo se fue apagando poco a poco, es hora de dar lugar a otra etapa.
Una divertida secuencia post crédito, y la visita al nuevo Maipo (quizás la única secuencia con un dejo de tristeza), terminan por definir esta idea. Entrevistas, registro observacional, material de archivo, voz en off, todo es útil parar retratar el mundo ahora y antes de las Escarrio.
Hay algunas decisiones de cámara que pueden ser cuestionables, pero entendibles en su búsqueda de mostrar un mundo “a natural”; y hasta el hecho de que Miraglio se ubique delante, puede resultar extraño hasta que se configure la necesidad de retratar el propio vínculo que la une con las hermanas.
"Foto estudio Luisita" no es un documental doloroso, en sus reencuentros con las glorias de aquellos años como Amelita Vargas, Moria Casan, Gogó Rojo, o Mimí Pons, no primará la mirada triste, siempre la alegría, siempre el reconocimiento. Como si el brillo más que desaparecer, hubiese mutado. Cuando veamos la reacción de Luisita frente a una portada suya en Página/12 terminaremos de cerrar esa idea.
Otro acierto será la banda sonora que recrea la música de aquellos años. "Foto estudio Luisita" contrasta las vidas detrás y delante del lente, mira al pasado glorioso desde el presente de reconocimientos, y escribe versos de amor entre dos generaciones, siempre con color y alegría. Un documental que hace bien al alma.