Flora no es un canto a la vida

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Pocas veces en un documental donde el realizador  es protagonista y también involuntariamente su tía,  llega a un grado de honestidad que sorprende. El director,  actor, cortometrajista, director de casting,  Iair Said pone rotundamente las cartas sobre la mesa. Filma un documental sobre su tía, a la que nadie quiere, peleada con sus padres, de la que no tuvo noticias por años, con un solo interés: como es soltera y dueña de un espacioso departamento pretende ganarse su cariño y ser nombrado su único heredero. Con tanta confesión y conociendo al personaje protagónico que hace años es la queja viviente y solo quiere morir, se construye con humor,  pero también con ternura toda una reflexión sobre los lazos familiares, la herencia, el humor negro judío, los mandatos familiares, las miserias y generosidades de todas las relaciones humanas. ¿Cuánto de codicia, tonteras, arbitrariedades, mundos ficticios, filosofía barata, solidaridad y tiempo perdido construyen las interacciones familiares? Preguntas, planteos, y una mirada que puede ser implacable, autocrítica pero también piadosa y siempre inteligente. Con momentos regocijantes.