Fausto

Crítica de Mauro Jacobo - Cinélico

Compleja visión de un clásico

El "Fausto" de Sokúrov fue una película que cosechó muchos elogios entre la crítica especializada e incluso ganó el León de Oro en el Festival de Venecia en 2011, pero debo decir que a mí personalmente me costó mucho seguirla y mantenerme conectado con ella.
La historia es conocida: Intelectual atormentado que hace pacto con un ayudante del diablo (Mefostófiles) por lujuria y poder, sólo que en este film el director imprime su singular personalidad y hace una interpretación compleja, poética y bastante diferente de la historia original, aunque mantiene la esencia por supuesto.
El cine de Sokúrov no es apto para todo público, es lisérgico y tiene un ritmo que no escatima en frenarse en diálogos eternos, es un tipo de cine que el espectador promedio puede admirar o directamente aborrecer hasta el punto de levantarse de la sala y retirarse. El problema con las películas de autor como esta, es que estamos frente a personalidades del séptimo arte que tienen una visión filosófica profunda acerca de lo que están filmando, cuestión que muchas veces deriva en que no se tenga para nada en cuenta al espectador que concurre a la sala de cine y sólo se busque la satisfacción personal del director que está llevando a cabo el film. Es verdad que Alexandr Sokúrov es un gran talento del cine, trabajos como "El Arca Rusa" y "Madre e Hijo" lo certifican, pero también es verdad que no todos sus trabajos alcanzan a producir una experiencia espectacular. "Fausto" creo que es un claro ejemplo de buen cine que no llega a maravillar, que tiene una dirección de arte excelente, un uso de cámara envidiable y actuaciones buenas, pero aún así, peca en pretensiones y se auto posiciona en un grupo de films que sólo pueden ser disfrutados por un puñado de eruditos cinematográficos que idolatran ese género tan difuso llamado "cine arte".
Si te sentás con paciencia y predisposición para entrar en el complejo mundo Sokúrov, la vas a disfrutar un poco, sino puede llegar a representar 140 minutos de tortura alemana.