Extraordinario

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

La autora del libro, una norteamericana de origen colombiano Raquel Jaramillo Palacios, escribió esta novela después que vivió con sus hijos un encuentro fortuito con un niño con el síndrome de Treacher-Collins. Y de eso trata la película, de un niño que a pesar de sufrir muchas operaciones sigue teniendo un rostro deformado, que fue educado por su madre hasta el cuarto grado en su casa y que para salir al exterior usa un casco de astronauta. La decisión de sus padres de llevarlo a una escuela, cuando ya saben que se destaca en ciencias, significa el riesgo de la aceptación, soportar el bullying, y tratar de integrarse. Si, es una película para la lágrima, inevitablemente empalagosa, con muchos lugares comunes. Pero el director y guionista Stephen Chbosky (Las ventajas de ser invisible) se las arregla para adecentar esas convenciones, y le da a cada protagonista de la historia su momento, la hermana “normal” que se siente invisible, el amiguito que lo traiciona, por dar ejemplos. El elenco es de estrellas, una Julia Roberts lejos del glamour, un sensible Owen Wilson y por sobre todo el pequeño Jacob Tremblay, el sorprendente actor de “La habitación” junto a Brie Larsson, logra mostrar su talento a pesar de la gruesa capa de maquillaje que “fabrica” su deformidad. Bien construido, bien realizado, busca la emoción y la provoca.