Everest

Crítica de Guillermo Monti - La Gaceta

Desafiar a la montaña suele costar caro

Para asaltar la cumbre del Everest, la más alta del mundo, dos expediciones unen fuerzas. El acceso a los campamentos es de por sí una odisea para el grupo, integrado por algunas montañistas desacostumbrados a esos rigores. Y en el día clave todo se complicará...

Los hechos que relata “Everest” datan de 1996 y dan cuenta de cómo el negocio siempre puede prevalecer, por más que se trate de escalar el techo del planeta. A cambio de 65.000 dólares, las empresas lideradas por Rob Hall (interpretado por Jason Clarke) y Scott Fischer (Jake Gyllenhaal) brindaban un servicio cinco estrellas para aspirantes a héroes de la montaña. Como si de un paseo se tratara y no de un desafío a más de 8.000 metros, donde el cuerpo y la mente dejan de funcionar. Hall y Fischer llevaban a la cima a quien pudiera pagarlo, más allá de las condiciones físicas y psíquicas de los clientes. Semejante falta de respeto a un coloso natural equivale a un pasaporte al desastre.

Al guión firmado por William Nicholson y Simon Beaufoy le faltó profundizar este aspecto central de la historia. El tema sobrevuela la película, ocasionalmente cruza algún diálogo. Nada más. Hay una charla entre los expedicionarios, a pocas horas del asalto a la cumbre, que intenta rasquetear las motivaciones que los llevaron allí, Alguien confiesa que su objetivo es motivar a un grupo de chicos. “Si un tipo común como yo puede hacer algo así, es un gran mensaje”, explica. Pero no cualquiera puede, está claro.

Entre thrillers y policiales, terreno en el que se mueve cómodamente, el islandés Baltasar Kormákur había filmado “Lo profundo”, otro capítulo del tópico hombre vs naturaleza (en ese caso, un pescador intentando sobrevivir en las aguas heladas cercanas al Ártico). El rodaje de “Everest” fue una aventura en sí misma, porque Kormákur llevó al elenco a Nepal y lo obligó a reconocer las condiciones a las que se someten los montañistas. Más de un actor sufrió horrores la experiencia.

La imponencia de la montaña y las amenazas que acechan en el blanquísimo camino a la cima están capturadas con solvencia por Kormákur. Pero el de “Everest” es un drama en toda la línea y la gran cantidad de personajes -y de figuras en el reparto- motivó un tratamiento demasiado superficial. De esos hombres ambiciosos y decididos termina conociéndose más bien poco. Lo épico de la historia se refleja en numerosos y terribles planos de la tragedia.