Eva de la Argentina

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

“Evita” básica para alumnos secundarios

Desafío interesante, el de este dibujo animado para adolescentes de la secundaria. En 70 minutos combina la biografía básica de Eva Perón, la biografía también básica del escritor y periodista Rodolfo Walsh, y su cuento «Esa mujer», donde se relata su posible encuentro con el coronel que sacó de la CGT el cadáver embalsamado de Evita.

En verdad, el cuento fusiona dos coroneles de Inteligencia: Carlos Mori-Koenig, que en diciembre de 1955 invadió la central obrera y, tras dramático recorrido, dejó el cuerpo en un cajón de embalaje junto a su despacho, y su reemplazante Héctor Cabanillas, que se horrorizó de esa locura y le consiguió una tumba con nombre ficticio en Milán (en 1972, el propio Cabanillas, ya retirado, asistió a la exhumación y entregó luego el cadáver en Puerta de Hierro, pero esa historia ya no cabe en el cuento).

La biografía de Walsh que aquí se expone enfoca su evolución ideológica, desde intelectual desdeñoso del fenómeno peronista hasta investigador de asesinatos políticos (se cita «Operación Masacre», y habría que recordar «¿Quién mató a Rosendo?», sobre gremios violentos) y, por último, militante armado haciendo frente a los militares de 1976, año en que, dicho sea de paso, el cadáver de Evita fue llevado por sus familiares desde la Quinta de Olivos, donde había ido a parar, hasta la Recoleta, donde descansa definitivamente. El cuerpo no tuvo en ese momento nuevas vejaciones, como sugiere la película, añadiendo confusamente una mancha más al tigre.

En cuanto a la biografía de Eva propiamente dicha, cumple su propósito ilustrativo, combinando dibujos, noticieros de época y fotos (sobre todo la de pelo suelto, que difundieron años después los montoneros). No es una hagiografía, una Vida de Santa, sólo porque en un momento equívoco aparece la jovencita aspirante a actriz dejándose rodear por dos empresarios facinerosos en una confitería. Pareciera que fue así como llegó al

estrellato, lo que enturbia su persona y deja en el olvido a don Héctor Pedro Blomberg, el poeta y autor radiofónico que la hizo consagrar limpiamente. Pero también hay escenas elogiables, por suerte para los autores (María Seoane, también directora de Radio Nacional, y Marcelo del Castillo, director de animación).

Del resto, los malos de la película aparecen como típicos malos de otra época, la del 1900, y como cuervos, lo que constituye además un saludito a cierto recurso usado por Leonardo Favio en «Perón, sinfonía de un sentimiento». Abunda la música de Gustavo Santaolalla, las ilustraciones están bien realizadas, y en algunas escenas, no muchas, aparecen los típicos dibujos duros del fallecido Francisco Solano López. A los alumnos de la secundaria les gustará más que leer un libro.