Escondido

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

Durante gran parte de 2019 el realizador Miguel Baratta siguió el trabajo de los alumnos de una cátedra de Morfología de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires con el objetivo de indagar en las motivaciones detrás de las creaciones artísticas presentadas durante el ciclo lectivo. El resultado de esa experiencia es el documental Escondido, que desde jueves 18 podrá verse en VOD.

La dinámica del documental es sencilla: a una secuencia de una clase le sigue la entrevista a cámara de algún alumno o artista que cuenta la estrecha relación entre las obras y los universos personales de los creadores. Durante poco más de una hora se entreveran recuerdos y relatos que abarcan desde la Guerra de Malvinas hasta el Holocausto, pasando por la última dictadura militar y la Conquista del Desierto.

De indudable interés para los conocedores de la arquitectura y el diseño, el problema con Escondido es que se choca con la complejidad de una disciplina compuesta con partes iguales de subjetividad artística y lógica matemática como la morfología, una disciplina que se ocupa del estudio y la descripción de las formas externas de un objeto. El resultado es un film gélido y distante.