En tus zapatos

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Criticado y apreciado casi en partes iguales, no se puede negar la tenacidad del comediante Adam Sandler en buscar distintos caminos que lo aparten de vez en cuando de las comedias simples que realiza con una fórmula aplicada.

A lo largo de su carrera cinematográfica (que ya lleva más de veinte años), se ha probado en diferentes estilos, instalando una marca propia o dándole lugar al estilo de su director. Desde comedias cuasi estudiantiles como "Billy Madison"; de grueso calibre como "Happy Gilmore", "Going Overboard", o las más recientes "Jack & Jill" y "Yo los declaro marido & Larry"; comedias familiares como "Click", "Un papá genial", o "Son como niños"; románticas como "Una esposa de mentira" y "Como si fuese la primera vez"; y productos más atípicos en los que intenta correrse del molde.

En esta última línea podríamos anotar "Línea de locos", "Ocho semanas de locura", "Embriagado de amor", y precisamente "En tus zapatos". Si en "Punch-drunk-love", Sandler se alejaba del centro de la escena para darle espacio al estilo propio de Paul Thomas Anderson; ahora es el turno de volver a hacerlo para que sobresalga la impronta de Thomas McCarthy, director de "The Station Agent" y "The Visitor".

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Quien haya seguido la prominente carrera de este actor y cineasta, habrá notado que su fuerte son las comedias ácidas con un marcado toque de dramatismo y melancolía. Todo eso volvemos a encontrarlo en este film que por otro lado, se inscribe en una tradición de “comedia judía” como ya lo hiciera Sandler en "Ocho semanas de locura".

Luego de un preludio histórico, se nos presenta a Max Simkin (Sandler), un zapatero neoyorkino que mantiene una tienda que pasó de generación en generación dentro de su familia. En un principio, su personaje se asemeja en actitud a aquel ferretero apesadumbrado que Ricardo Darín nos entregara en "Un Cuento Chino"; y aquí entra el elemento fantástico que lo cambia todo, o no tanto.

Un buen día, Max se topa con una máquina de coser calzados, que al utilizarla le permite parecerse físicamente al dueño del zapato con tan solo probárselos. Ojo, no toma la vida del otro a “modo conciencia”, no, durante el lapso que Simkin tenga puestos los zapatos, co-existiran dos personas iguales. A diferencia de una comedia como "Click", acá no hay momentos para que el personaje haga bromas con el aparatejo, desde el principio sabemos que solo traerá problemas.

Es que Max utiliza 'la magia' para intentar de algún modo ayudar a sus clientes, pero termina enredándose cada vez peor hasta caer en un asunto mafioso como para darle al argumento algo de dinamismo. Atención, quienes quieran encontrarse con ese Adam Sandler histriónico, gritón e hiperquinético, no lo verán aquí.

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Max es un personaje de mirada triste y hombros caídos, y el ritmo del film es más bien el de una comedia al estilo Woody Allen de los noventa con menos diálogos, con música de tradición judía y trompetas incluídas. A Sandler lo acompaña un sólido elenco que va desde participaciones especiales de Dustin Hoffman (el padre) y Steve Buscemi (un peluquero y amigo), a un secundario de Ellen Barkin (que claramente comparte cirujano con Cameron Diaz y Christine Chenowith) como la mafiosa de la que hablábamos.
"En tus zapatos" recae en ciertos lugares comunes (hay que creer que una tienda de reparación de calzados es bastante exitosa), y por momentos algunos gags recuerdan al Sandler más burdo de modo algo extraño y desencajado. Pero el tono general es el de un producto entretenido, amable y realmente simpático.
Muchos comediantes se han probado en otros rubros distintos a los suyos, pero pocos salen tan airosos como Sandler de esas proezas. "En tus zapatos" es una película si bien no perfecta, lo suficientemente divertida e inteligente como para ubicarse por encima de una media anual que se limita a la simple repetición. No es poco.