En la cuerda floja

Crítica de Susana Salerno - N3F

Un hombre cruzó varias veces Las Torres Gemelas de norte a sur en 1974. Un paseo entre las nubes.

El prestigioso cineasta Robert Zemeckis, el ganador del Premio por “Forrest Gump”, quien además dentro de su filmografía se encuentra el “Náufrago”, “Volver al futuro”, “El expreso polar” y “El vuelo”, nos introduce en una historia verídica de un equilibrista, cuando, una mañana en agosto de 1974, el joven francés Philippe Petit (interpretado muy bien por Joseph Gordon-Levitt y además con acento francés), usando unos cables para cruzarse de una de las Torres Gemelas de Nueva York a la otra, caminado en el inmenso vacío, realizó una gran hazaña y logró producir el número artístico más impresionante del siglo pasado.

Dentro de su desarrollo vamos conociendo más al joven Philippe Petit en Francia. Este realizaba distintos números artísticos logrando la atención de muchos personas, un equilibrista callejero que ganaba su sustento a la gorra y que era corrido por la policía. Un día, por casualidad, mientras espera en un consultorio médico, ve en una revista las Torres Gemelas y ahí descubrió su gran sueño. Practica constantemente, hasta que conoce a quien sería su mentor Papa Rudy (Ben Kingsley), también un acróbata y equilibrista. Junto a él aprende algunas técnicas y, entre éxitos y errores, se prepara para la gran aventura.

Una vez en Nueva York, junto a grupo de amigos tan locos como Philippe, más su novia la bella y dulce Annie (Charlotte Le Bon, "La espuma de los días"), convierte un sueño en realidad y, a lo largo de unos 45 minutos, el vértigo se instala en los espectadores, cuando un hombre intenta cruzar sobre Manhattan a través de unos cables a más de 400 metros de altura mientras las ráfagas de viento se hacen sentir, varios obstáculos, pero cabe suponer que todo está sincronizado.

A esta altura, nada tiene que demostrar el prestigioso cineasta Zemeckis. Cuenta con la muy buena preparación y actuación de Joseph Gordon-Levitt y, en menor medida, la de Ben Kingsley, a quien se lo ve poco tiempo en pantalla. Ofrece al espectador unos 45 minutos en una secuencia aterradora, le da nerviosismo, se encuentra llena de suspenso y tensión, vertiginosa, con un excelente trabajo de cámara, visualmente brillante, atrapante de principio a fin y también se encuentra respaldada por la tecnología del 3D. La película te deja varios mensajes, entre ellos, habla sobre la perseverancia y el encontrar y lograr tus sueños. Tiene momentos conmovedores y un gran homenaje a las Torres Gemelas.