En defensa propia

Crítica de Fernando Sandro - Alta Peli

Policías y ladrones.

Will (Hayden “nadie quiere recordar que fui Anakin” Christensen) es un hombre de familia, un agente de Wall Street que planea un período campestre en casa de su tía para, entre otras cosas, fortalecer la relación con su hijo Danny (Ty Shelton) quien sufre de bullyng en el colegio.

Como ya quedó demostrado en el famoso episodio de Los Simpson, no hay mejor forma de hacer que tu hijo se haga macho que llevándolo de cacería. Entonces, ahí van Will y Danny a aprender a defenderse matando animalitos con un rifle porque sí.

En medio del viaje se topan con una de esas escenas que no deberían haber visto. Un policía le dispara a un hombre, Levi (Gethin Anthony), que cae herido. El policía los sorprende y quiere asesinarlos, pero Will es mejor y logra dispararle con el rifle.

Siguiendo con la racha de buenas ideas, ¿qué mejor plan que llevarte con vos al hombre al que un policía quería asesinar? Llevan a Levi a casa de la tía para curarlo, pero ¡oh sorpresa! Levi no es un buen tipo, y toma de rehén a Danny para que estos no den alerta a la policía.

Todo esto nos lleva al robo de un banco (¿en serio ni una idea original?) que fue llevado a cabo por Levy y un grupo de policías malos , y del que ahora Will deberá recuperar el botín para liberar a Danny.

Falta algo: otro personaje protagonista. Howell (Bruce Willis) un policía que la película intenta hacernos dudar si es buen o mal tipo, aunque ya desde el primer momento sepamos que es malo como la ponzoña.

Esta es la base argumental de En defensa propia, una de esas películas que no temen en decir “soy una más del montón y me vas a olvidar rápido”.

It’s Miller Time:
Quizás el nombre de Steven Miller no les suena para nada, y es algo lógico que así sea. En realidad, el hombre tiene ya unas cuantas películas en su haber, pero ninguna tan memorable como para colocar su nombre en el afiche por encima del título. Digamos, siendo amables, que es un realizador modesto.

Sus primeros pasos los dio dentro del terror en cosas como Scream of the Banshee (sí, exacto, eso) y lo más respetable quizás sea la remake del clásico Papa Noel Sangriento conocida como Silent Night, que si bien no es buena, es tan estilo Clase B que entretiene.

Hace dos años el hombre pegó un golpe de timón (¿?) a su carrera y se volcó a la acción más ramplona y clásica del directo a video o mercado hogareño (V.O:D. y afines), llámense policiales de esos que en los ’90 hubiese editado Plus Video o Best Seller; y ahí sí, se hizo de cierta fama. No sabemos si buena, pero fama al fin.

Extracción, Marauders: El Gran Golpe, y Arsenal llevan su firma. Todas películas protagonizadas por ¿otrora? astros que han sido desplazados del gran Hollywood y abrazaron este nuevo mercado: Bruce Willis, Nicholas Cage, o John Cusack.

La labor del hombre consiste en filmar decentemente (lo que no significa bien) con un presupuesto bajo y disimular producciones que podamos ver tranquilos desde nuestras casas relajados, para pasar rápido al sistema de televisión. El problema es cuando, como en este caso o el de Marauders, a algún distribuidor local se le ocurre estrenar esto en salas como si fuese una gran producción.

Lo atamos con alambre:
En Defensa Propia es una película sin ningún tipo de aspiraciones. Con un guion de manual (y uno de los flaquitos), repleto de lugares comunes, resoluciones apuradas y antojadizas, sin ningún vuelo técnico, mal montada, y cuyo único beneficio es que pasa rápido delante de nuestros ojos sin dejar demasiado estruendo.

Christensen nunca fue buen actor y no lo va a ser ahora en una película que no le da las armas necesarias para salirse ni un poquito del buen ciudadano puesto en riesgo.

Bruce Willis sí fue buen actor, supo ser un gran recio del cine de acción y desplegar dotes para el drama y la comedia. Pero ya hace rato adquirió la autoconsciencia de que está haciendo cosas para el mercado pobre, y al contrario de su colega Cage que se divierte sobreactuando, él actúa a media (y diría a cuarta) máquina.

El resto de los actores acompañan, ninguno sobresale, tampoco desentona, con excepción del pequeño Ty Shelton que puede ser realmente irritante.

Conclusión:
En Defensa Propia es una película pensada para un mercado diferente al que logró en Argentina. Su destino original de mercado hogareño la hacen un producto pobre, sin expectativas ni nada que merezca destacarse por sobre la media. No es tan grave, pero tampoco aceptable.