Ellas saben lo que quieren

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Oda al estereotipo
En su debut detrás de las cámaras, la actriz Audrey Dana intenta concretar en un film pretendidamente coral, para el que reunió a un elenco de estrellas galas, un retrato algo autorreferencial, derivativo y anecdótico sobre el mundo femenino y la conflictiva de mujeres que traspasaron la barrera de los 30.
En ese sentido, la trama adopta la estructura de viñetas, con situaciones jugadas al humor y protagonizada por alguno de los arquetipos del consabido menú de la histeria femenina con el marco de la ciudad de París como telón de fondo, además de referencia obligada al estatus de cada uno de los once estereotipos que desfilarán a lo largo de los 116 minutos, con un finale excesivo como toda la propuesta desde la A a la Z.
Entre las estrellas conocidas de esta mala versión francesa de Sex and the city, sin la chispa de la comedia televisiva aunque a veces con un lenguaje un tanto vulgar para lo que representa en su mayoría el cine francés, se destacan Vanessa Paradis, en el rol de empresaria fría y sin amigas, Laetitia Casta, como una abogada enamoradiza y con problemas estomacales, que juegan en contra a la hora de querer conquistar a su príncipe azul y aunque no lo parezca, Isabelle Adjani, un claro ejemplo de la mala praxis de los cirujanos que solamente se explica por el papel le toca en suerte en esta película.
La necesidad de experimentar con el sexo, para romper con la rutina del matrimonio; para encontrar horizontes diferentes en el ámbito laboral, o simplemente para sentirse jóvenes, parece ser el tópico que obsesiona a esta muestra elemental del universo femenino, apuntes relacionados con la menstruación, la menopausia, la infidelidad o los hijos son los puntos que desatan los distintos conflictos siempre con un tono liviano, superficial y poco atractivo desde el humor, salvo excepciones.
Al comenzar el film, se hace una referencia directa entre el estado del tiempo inestable y caótico y una de las protagonistas, pero lo que en definitiva termina ocurriendo a medida que avanza la película en el derrotero de cada una de estas mujeres es que lo único visible en la pantalla es un compendio de féminas inestables y caóticas, nada más que eso.