El verano siguiente

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

No Te Va Gustar es una banda de rock uruguaya nacida de la última explosión de popularidad que dio a conocer gran parte de los grupos provenientes del país de Jaime Ross que actualmente suenan en todas las radios de nuestro país. Eso es todo lo que necesita saber el posible espectador no avispado antes de entrar a la propuesta que presenta El verano siguiente, o sea, meternos en la intimidad (y no tanto) de una banda.
El documental de Gabriel Nicoli nació de una prolongación natural que el director creo cuando estaba filmando algunas imágenes para lo que sería el DVD que acompañase una edición de lujo del último trabajo de NTVG, El Calor del Pleno Invierno. Según cuenta, en un momento de la filmación, por determinadas circunstancias, vio que el material capturado era extenso y se decidió a continuarlo en un trabajo cinematográfico que hoy llega a las salas.
El asunto (¿y gancho?) es que El Calor del Pleno Invierno no es una placa más del grupo, se trata del trabajo posterior al fallecimiento de uno de sus integrantes, Marcel Curuchet, durante un accidente de tránsito; y eso se hace notar en los 69 minutos que dura este film dedicado al hijo de Curuchet que naciera con posterioridad a la muerte de su padre.
El verano mezcla pruebas de ensayos, intimidades, silencios, reflexiones, diálogos y todo lo que le puede interesar al seguidor de estos muchachos y que quiera saber un poco más de ellos, si es que todavía no sabe lo suficiente.
En realidad, a pesar de su duración de largometraje, no se diferencia demasiado de esos mini documentos que acompañan los CD’s mostrando a los músicos ensayando, bromeando y reflexionando (acrecentado por la desgracia que atraviesa el conjunto); por esa misma razón es que pareciera que el único destinatario del asunto es quien conozca de antemano a NTVG y más aún, exclusivamente a sus seguidores o fanáticos.
El Verano Siguiente no hace presentaciones, arroja algunos datos que serán de entendimiento para quienes los conocen de antemano e intenta generar algún fervor o guiño para el público, su público.
Quienes lo miramos desde el afuera el asunto se nos hará algo más cancino, hasta se podría pensar en el propósito de presentar en una sala una gira y grabación de material musical; pero lo cierto es que El verano Siguiente no está pensada para el que mira desde afuera, pretende al cómplice; y claro está, no se la puede culpar por eso, no es la primera en hacerlo, hay una larga trayectoria en este tipo de documentales.
En el trabajo de Nicoli no hay destreza, riqueza de imágenes o una fotografía jugada. Sí, por supuesto cobra importancia la banda sonora, por cuestiones circunstanciales. Pero no necesita nada de ello, el director tiene un objetivo, el de inmiscuirse, y más de una vez la cámara pasa desapercibida logrando que los integrantes actúen con total naturalidad.
Quizás ese sea el objetivo y logro de El verano siguiente, descubrir el día a día del ídolo, sin nada en particular, aunque por los hechos del destino termine transformándose en un testimonio del adiós a un amigo.