El Torcan

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

El cantante

La segunda obra del platense Gabriel Arregui (Mataperros, 2002) centra el eje de su trama en la vida del célebre cantante de tangos Luis Cardei, a través de un relato ficcionado que vira entre lo onírico y lo real.

Cantante como pocos, Luis Cardei fue uno de los símbolos tangueros de la segunda mitad del siglo XX, su paso por los boliches barriales, como el Club del Vino, hasta su actuación en un film de Fernando Pino Solanas, La Nube (1998), son mezclados con la vida familiar y la entereza con la que llevó adelante la hemofilia (enfermedad sanguínea) que lo acompañó durante toda su vida.

Osqui Guzmán interpreta en la ficción a Luis Cardei, quien a través de una voz en off nos va relatando los momentos de su vida, para luego darle paso, en el relato, a la voz de Alfredito, su hijo - interpretado por el propio hijo de Cardei- quien nos introducirá en la etapa final.

El film maneja dos temporalidades en paralelo, una que muestra la realidad ficcionada del cantante y otra fotografiada en blanco y negro que, de manera onírica, simboliza la muerte o el estado de ensoñación al acercarse a ésta, lo que le da cierto aire poético y la corre del lugar común en la que suelen caer este tipo de relatos.

Algo para destacar es la interesante reconstrucción de época que se llevó a cabo, aún con un presupuesto acotado. También resulta muy acertado el uso de planos cerrados como la posición de la luz logrando opacar la imagen, otorgándole un añejamiento fotográfico que condice con la época retratada.

Sobre la última parte, la historia se vuelve reiterativa y desinteresada, jugándole en contra al resultado final. El interés comienza a decaer en los momentos en que entra a escena el personaje de María, no por ésta, sino por la forma en que el relato cambia bruscamente de género mutando hacia el conflicto amoroso. Con 20 minutos menos y una elipsis temporal el resultado final hubiera sido superior.

Más allá de éste desacierto El Torcán tiene una virtud y es el de no querer ser pretencioso, sino todo lo contrario. Una película que lo único que pretende es la de mostrarnos la vida de un hombre, que lejos de toda mediocridad sólo quería ser “cantante”. Vale la pena.