El tiempo de los amantes

Crítica de Diego Serlin - Todo lo ve

Antes que parta el tren

Esta coproducción entre Francia, Bélgica e Irlanda, escrita y dirigida por Jérôme Bonnell, guarda bastantes semejanzas con el film Antes del amanecer, pero sin la belleza visual de la geografía europea ni los filosóficos diálogos que presentaba esta primera película de la trilogía de Richard Linklater.

El Tiempo de los Amantes es una crónica romántica de una jornada particular en la vida de una actriz, que tras abordar un tren camino a París, tendrá un intercambio de miradas con un hombre desconocido que marcará el inicio de una atracción mutua e irresistible, llevándola a abandonar su cotidianeidad y embarcarse en una aventura amorosa.

Con una temática conocida pero sin la potencia visual de otros films, como el mencionado anteriormente, y con escuetos diálogos casi intrascendentes, el relato se destaca en las buenas interpretaciones que dan lugar al excelente juego de miradas y silencios, así como el encuentro apasionado que logra retratar de estos dos personajes sorprendidos por la soledad, la incomprensión y la adrenalina de lo prohibido.

A pesar de sus personajes poco construidos, asoma cierta denuncia sobre la realidad del teatro y el arte en una Europa alcanzada por la crisis económica y social. Pero algunas situaciones inverosímiles y una banda sonora que por momentos acierta y en otros hasta desorienta, hacen que el tiempo de los amantes se prolongue en demasía, deseando como espectador que su protagonista no pierda su último tren.