El sol

Crítica de Blanca María Monzón - Leedor.com

Largo animado argentino ilumina la cartelera porteña.El Apocalipsis en Buenos Aires

Se supone que el Apocalipsis en ante todo una revelación, que se refiere a realidades misteriosas; luego existe una profecía -pues estas realidades son por venir-y por último una especie de visión cuyas escenas se encuentran cifradas. Es decir, no tienen valor por sí mismas, sino que el valor simbólico que estas contienen sale a la luz, cuando son interpretadas.

¿Que es lo que ha querido hacer el guionista de Mercano el marciano, 2009, en este su primer largo de animación- en flash- que le ha llevado cas 5 años de trabajo?

En principio, parece, un poco por intención explícita y otro por cómo se da el trabajo sobre la marcha en un tiempo considerable de ejecución, que hay en este film una resistencia a los encasillamientos, acompañada de una visión apocalíptica no sólo del mundo, sino del modo de relacionarse y comunicarse de un grupo de personas, en su mayoría jóvenes, que intentan escapar todo el tiempo de una cada vez más caótica realidad, para pasar a otra peor.

Poblar y repoblar son nombres y acciones que poco a poco se agotan en esta especie de road movie, que no es ni cine bizarro, ni comedia, ni thriller ni tampoco un drama.

Una de las características más relevantes es el uso del registro coloquial bien escatológico, aquella jerga, que suele ser habitual en el habla cotidiana, pero que en este caso es una marca, del mismo modo que lo es el sonido, el cual se destaca.

El lenguaje le aporta espontaneidad y realismo, una elección es todo caso extrema para hablar del extremo que presupone reflexionar sobre lo apocalíptico, desde sencillos personajes animados.

Una propuesta singular, que hace espejo en el lenguaje, con una estética que puede reconocerse en su anterior trabajo, que intuyo puede llegar al espectador joven, -aunque el film tiene una prohibición para menores de 16 años-. Lo cual no significa, que este sea el targets particular del mismo, sí una importante.

Por lo que El sol deviene en revelación, no precisamente por su carácter apocalíptico, tampoco hay una profecía, sí es probable que el espectador pueda reconocerse a través del lenguaje, al menos en parte, y que a partir de eso logre interpretar el valor simbólico de ese sol que asoma antes del cierre, que además es el nombre del film, y que en la mejor de las percepciones pueda finalmente aportar un poco de luz a tanto caos.