El sable

Crítica de Brian Macchi - Fancinema

El símbolo

Con el objetivo de reanimar la militancia del peronismo, que en ese momento se encontraba proscripto en el país, el 12 de agosto de 1963 cinco jóvenes de la denominada Resistencia Peronista robaron el sable corvo del general José de San Martín del Museo Histórico Nacional. Además del impacto que buscaban con el hecho, tenían la intención de llevárselo al líder del movimiento: Juan Domingo Perón, quien para ese entonces estaba exiliado en España.

A más de cincuenta años del suceso, el documental El sable, de Nahuel Machesich, reconstruye lo sucedido en aquella época, tomando como base el relato de los únicos dos integrantes del episodio que están vivos: Osvaldo Agosto y Manuel Gallardo.

Con sencillez y dinamismo, el trabajo va narrando cronológicamente la historia del sable corvo desde el momento en que el general San Martin lo compra hasta el cercano acontecimiento de su traslado al Museo Histórico Nacional en 2015. Todo se cuenta en forma prolija y clara, con testimonios valiosos y de gran conocimiento sobre las cuestiones que se expresan. Sin embargo, en su parte final, la producción comienza a ser redundante, perdiendo el acertado ritmo impuesto desde su comienzo, concluyendo de una manera un poco extraña.

El documental posee una admirable rigidez histórica, siendo preciso en lo que busca narrar, utilizando de manera acertada los registros de archivo, aportándole humanidad a esas imágenes y recortes de diarios que se presentan mediante el relato de los protagonistas que expresan sus vivencias de lo acontecido.

Asimismo, el film rescata una parte de nuestra historia enfocándola desde otro aspecto, a través de un hecho (quizás olvidado) que conmocionó en aquella época pero que resulta un fiel reflejo de esos años convulsionados políticamente. También resulta interesante para entender la biografía del movimiento peronista y cómo se van generando las diferentes fracturas que tuvo (y tiene) esa fuerza política.

En definitiva, El sable resulta una producción correcta, de buena factura, simple pero efectiva, concreta en lo que intenta contar (salvo en su final) y que termina siendo una atrayente propuesta para conocer un poco más la historia argentina.