El reencuentro (USA)

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Realmente es difícil encontrar las razones por las que Richard Linklater (uno de mis directores favoritos de todos los tiempos) decidió filmar una secuela (aunque no reconozca que así es) de "The last detail" (cinta del 73' con un juvenil Jack Nicholson). Pero sí. Lo cierto es que sobre su propia novela, el autor Darryl Ponicsan junto a Linklater desarrollaron un guión, a mitad de camino entre el drama post-combate y una comedia de aire triste y perdido.
Si, ya sabemos que Linklater es un artesano brillante de la industria, capaz de transformar los proyectos menos interesantes en piezas atractivas y potentes.
Lo ha hecho a lo largo de su carrera y "Last flag flying " es un eslabón más en su cadena de producción. No puedo considerarlo (quizás por el tema que trae), un gran trabajo, pero sí una cinta aceptable, prolija y amistosa, que presenta trae a tres grandes actores en una propuesta directa y melancólica, elemento de reflexión necesaria sobre lo que le sucede a los Marines que mueren fuera del territorio americano.
En algún momento de la película, el cuestionamiento cobra forma, si es un soldado americano, ¿por qué muere a miles de kilómetros en territorio iraquí /afgano o similar? ¿Desde que lugar se plantea la defensa del territorio cuando todo se resuelve a través de una intervención en geografías lejanas, bajo el pretexto de que esos pueblos, representan serias amenazas para el modelo de vida estadounidense? ¿Son argumentos creíbles a la hora de enviar tropas a esos destinos?
Digo esto, porque me gustó como "El reencuentro" plantea estas cuestiones, y creo que es importante que sepan que la película es justa en cuanto a ofrecer el debate todas las aristas del caso en cuestión.
Steve Carell es Larry Shepard, quien un día cae en el bar de Sal (Bryan Cranston), ex compañero de un grupo de tareas en Vietnam, para invitarlo a ver a otro ex de ese pelotón. El hombre en cuestión ahora es un ministro religioso, Richard (Laurence Fishbourne) quien se extraña por la visita y no es precisamente amistoso, con sus ex colegas de armas.
En ese instante, Larry les cuenta que su hijo era marine, y que murió en acción hace horas. Le llegó la notificación y traen el cuerpo a una base militar, un poco lejos de donde están. Al verlo así, Sal y Richard deciden acompañarlo a recibir el cadáver de su hijo y allí, se producirán una serie de incidentes con las fuerzas militares, que generarán discordias entre todos los involucrados.
Sin anticipar demasiado, hay que transportar el cuerpo de vuelta a su tierra y Larry quiere hacerlo a su manera, lo cual chocará con la férrea posición de los Marines, que consideran a su hijo un héroe que debe descasar en el cementerio de Arlington.
La película se estructura como una road movie triste, que por momento ofrece algún giro hacia la comedia simple, siempre comandada por el contrapunto entre Cranston y Fishbourne. Carell luce apagado (su rol pide algo de eso) pero acompaña con lo que mejor puede dar, un rostro acongojado y perdido y un tono gravitoso que nos conecta con su dolor, rápidamente.
Linklater sabe rodar y sacarles lo mejor a sus intérpretes. Incluso cuando el guión no es ninguna pieza destacada, hay diálogos muy bien armados, que suenan creíbles y muy reflexivos, sobre el estado de la situación que desarrolla el film. Por lo demás,¿quién no querría ver un film con estos tres actores?
"Last flag flying" en definitiva, quizás no sea el viaje que ustedes esperan, pero es honesta y directa en sus intensiones y se hace fuerte en las chispas que generan sus grandes intérpretes. Ellos le dan vida a un guión que, en otras manos, seguramente ni siquiera se hubiese estrenado en muchos mercados cinematográficos a nivel global.