El porvenir

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Con esta película se comprueba una vez más la gran actriz que es Isabelle Huppert. Esta vez ella tiene en sus manos el guión escrito por la notable y joven directora, Mia Hansen-Love que ganó por ser la mejor en el festival de Berlín. La protagonista es una profesora de filosofía, ex rebelde, admiradora de uno de los mejores alumnos, un anarquista que vive en la montaña, editora de una colección de textos filosóficos, casada con otro profesor, dedicada feliz a la enseñanza y a la familia, en un acomodado devenir burgués. Toda su vida se trastoca cuando su marido, conminado por sus hijos elije vivir con su amante. Y a partir de ese momento ella toma conciencia del paso del tiempo, de que sus hijos ya no la necesitan, que su madre tiene la salud tan deteriorada que debe internarla, que debe hacer frente a la vida con lo que ella considera un gran valor: ser una mujer intelectualmente satisfecha. Pero también comienza a disfrutar de su libertad por primera vez en su vida y por eso profundiza su relación con su alumno preferido. Por sobre todas las cosas hurga en sus sentimientos frente a tantos cambios. La historia la muestra vulnerable, sin caer en ningún cliché, dudosa, firme, aferrada al gato de su madre, dolida, al borde del llanto, lejos del estallido. En esos climas esta la sabiduría y profundidad de la directora que consigue climas de gran intimidad, que va de la fortaleza a la fragilidad con matices y mirada firme. En este personaje tan complejo Isabelle Huppert vuelve a brillar, el film no seria igual sin ella, una de las mejores actrices de la actualidad, dueña de matices, detalles, gama de sentimientos a flor de piel. Su labor es otro deleite.