El plan B

Crítica de Lucía Roitbarg - EscribiendoCine

Embarazosa Comedia

Realizar una comedia romántica actualmente es un verdadero desafío, si es que sus realizadores pretenden inyectarle una dosis de originalidad a un género que Holywood mantiene como uno de sus preferidos. En El plan B (The Back-up Plan, 2010), dirigida por Alan Poul, parece existir esa idea, sobre todo al principio, pero sólo se mantiene en intención.

Zoe (Jennifer López) tiene un deseo impostergable de tener familia a los treinta y tantos siendo mujer soltera, que la conduce a la inseminación artificial o, como bien lo dice el título, al famoso plan b o back up plan. La soltería de Zoe dura poco tiempo, pues apenas comenzado el film surge un más que obvio deslumbramiento entre Zoe y Stan (Alex O’ Loughlin) que por accidente se encuentran tomando el mismo taxi.

Este personaje, tanto como el de Mona, la amiga y confesora de Zoe, condimentan el film con cierto humor menos naif. Sus pensamientos y consejos sobre lo que significa ser padres se alejan de un tono alentador. “Es lo peor que te puede pasar” le dice Mona a Zoe sobre la idea de tener hijos. “Horrible, horrible, horrible” repite el nuevo amigo de Stan respecto del sentimiento que despiertan los niños.

El embarazo y todo lo que este trae consigo es un tema ya explotado en otras películas como Nueve meses (Nine Months,1995)y Junior (1994) y, en general, con cierto humor. Las embarazadas atraviesan un cambio corporal, hormonal y emocional que las convierte en un blanco fácil para transformarse en personajes de comedia.

Sin embargo, esto no funciona en El plan B. Todas las pequeñas destrezas que hace Jennifer López en el film con su panza a flor de piel son esperables. Vestirse con un ajustadísimo vestido y no poder entrar al taxi; o que luego en la fiesta se le rompa al agacharse son gags que ya no nos sorprenden. Al no sorprender por ser ya conocidos, tampoco generan risa y la intención de la escena se pierde. La mayoría de los chistes son obvios. Los gags resultan exagerados y son predecibles. En realidad, todo el film lo es.

Si de nuevas formas de maternidad se trata, este ítem queda relegado a un segundo o más bien cuarto plano. El film se introduce en el mundo de las madres solteras, pero la banalización del tema resulta insoportable. La parte de comedia deja mucho que desear y en cuanto a las escenas románticas del film, hay demasiados y conocidos clichés, por lo cual El plan B no logra destacarse de los demás ejemplares del género.