El padre de mis hijos

Crítica de Fredy Friedlander - Leedor.com

El BAFICI, con su oferta de algo más de 400 largometrajes, hará que seguramente pocos espectadores se desplacen a ver uno de los estrenos de la semana. Nos referimos a “El padre de mis hijos” (“Le père de mes enfants”).

Resulta lamentable que la distribuidora de este film haya elegido una semana tan poco conveniente para su presentación local y lo más probable es que cuando el Festival finalice la película francesa ya permanezca en muy pocas salas.

Hecha entonces la advertencia corresponde marcar los numerosos méritos del segundo largometraje de la directora Mia Hansen-Love, que fuera presentado en la muestra “Un Certain Regard” del Festival de Cannes 2009.

Lo primero que conviene señalar es que la historia se basa en un hecho verídico que le sucedió al productor Hubert Balsan de la primera película de Hansen-Love, un hombre virtualmente desconocido en nuestro país. Más aun, es aconsejable no develar dicho acontecimiento para no quitarle interés a la trama.

El personaje, interpretado por el desconocido actor y reciente visitante de nuestro país Louis-Do De Lencquesaing, se encuentra atravesando una crisis económico-financiera de los proyectos de coproducción de películas de su país, Francia, con otros de Asia (Corea) y Rusia. Esa situación lo lleva a prestar mínima atención a su esposa Sylvia Canvel (Ciria Caselli) y a sus tres hijas. Es la mayor de éstas, Clémence, la que más sufrirá la situación de abandono. La interpreta Alice De Lencquesaing, nada menos que la hija en la vida real del actor que nos visitara.

Grégoire Canvel, tal el nombre del personaje, se las pasa hablando por celular y manejando a velocidades mayores que las permitidas en las rutas francesas, lo que lo lleva a cometer repetidas infracciones hasta quedarse “sin puntos” en su registro. Pero hechos más graves lo llevarán a situaciones límites haciendo que la historia pivote sucesivamente sobre otros dos personajes, primero la esposa y luego la hija mayor.

Uno de los méritos mayores del film es la naturalidad con que fluye la historia, otorgándole la directora total verosimilitud a cada uno de los personajes, incluyendo los empleados de la productora cinematográfica.

Las casi dos horas que dura “El padre de mis hijos” no se sienten en lo más mínimo y sólo cabe repetir la recomendación y advertencia inicial de que nos encontramos frente a uno de los más logrados films estrenados desde el inicio del 2010.