El origen

Crítica de Bernabé Quiroga - CiNerd

DREAM TEAM

En el cine, los sueños son siempre sinónimo de originalidad. A fines de la década del 30, el realizador Luis Buñuel y el pintor Salvador Dalí soñaron. Y lo hicieron de tal manera que decidieron poner esos sueños en una película. La idea era representar en cinta las experiencias, sensaciones y situaciones que se planteaban en sus sueños, sin ninguna significación adyacente. El resultado: una narración onírica sin sentido, en la cual un lugar se convertía en otro en un abrir y cerrar de ojos, y donde las reglas no se rompían, sino que ya estaban rotas. Así fue cómo surgió UN PERRO ANDALUZ (1929), y la era del expresionismo abstracto cinematográfico comenzó. Esos sueños hechos películas crearían vanguardias y definirían la carrera de Luis Buñuel. Su obra inspiraría a otros realizadores a lo largo de la historia, animándolos a incursionar también en el interior de la mente. David Lynch, Terry Gilliam, David Cronemberg, Michel Gondry, Charlie Kauffman, Richard Kelly, los Wachowski… la lista continúa, pero se detiene en la actualidad ante la presencia del talentoso realizador Christopher Nolan (MEMENTO, BATMAN BEGINS, EL GRAN TRUCO, THE DARK KNIGHT), quien en su más reciente film se atrevió a adentrarse en el terreno de los sueños pero a su modo: una combinación de thriller psicológico y corporativo, con toques de ciencia ficción, cine policial, de acción, de espionaje y de trágico melodrama romántico. Todo situado, como lo predijo Nolan, en la arquitectura de la mente.

Luego de consagrarse con BATMAN: EL CABALLERO DE LA NOCHE (2008), Christopher Nolan se convirtió en la póliza de seguro del cine taquillero. Teniendo como respaldo films de calidad, logró convencer a Warner Bros. de filmar la -a simple vista- confusa historia de EL ORIGEN (INCEPTION, 2010): Cobb (Leonardo DiCaprio) es un especialista en espionaje de sueños que, junto con su equipo (Tom Hardy, Ellen Page, Joseph Gordon Levvit, Ken Watanabe y Dileep Rao), se adentra en las mentes de sus objetivos para robarle sus secretos. Como en todo trabajo, y en todo mundo, hay reglas que seguir; pero un nuevo encargo, que implicará implantar una idea en la psiquis del heredero de una multimillonaria corporación (Cillian Murphy), obligará a Cobb a romperlas cuando su mente y las líneas que separan la realidad del mundo de los sueños comiencen a cruzarse. Ahora bien, a simple vista sí parece inentendible y al estar sentado en la butaca una sensación de ansiedad y desconcierto probablemente invadan al espectador al situarse ante un film con semejante premisa narrativa. Sí, hay que estar atentos, pero Nolan sabe lo que el espectador quiere y necesita; y con su innata sabiduría logra facilitarle la tarea de entender el mundo que plantea, sin complicarse y sin detener la narración para explicar cada regla. Nolan camufla una lección de espionaje psicológico entre diálogos bien construidos y un guión más que solido. Y aunque la trama se pone más intrincada a medida que la narración avanza - en especial cuando están en un sueño dentro de un sueño dentro de un sueño (¡¿?!) -, el preciso y muy bien trabajado montaje, la pulcra dirección de Nolan y el brillante guión, ayudan a mantener al público en la línea narrativa. Si bien será necesaria una segunda visión del film para entenderlo del todo y atar cabos sueltos, los elementos básicos para disfrutar de EL ORIGEN se perciben fácilmente y están al servicio de la historia, volviéndola una película ambiciosa pero disfrutable de principio a fin, una experiencia extraordinario, muy imaginativa y original, y un thriller que no da respiros tanto narrativa como visualmente.

Hay que dejar en claro que INCEPTION no es un film revolucionario como lo llaman muchos. De hecho, toma elementos de varias películas y está contado como un film clásico de manera lineal. Sus mayores virtudes son, en cambio, su inteligente historia - que resulta ser menos complicada de lo que parece -, su infalible desarrollo narrativo y sus insoslayables escenas con impecables efectos especiales que terminan de consolidar a EL ORIGEN como un imperdible despliegue de imaginación y experiencia sensorial que, lamentablemente, no pudimos disfrutar en 3D. Brillantemente el film en sí parece un sueño, con una historia que salta de un lugar a otro y que, cuando termina, parece que hubiese durado sólo un par de minutos. Aunque a veces el film se vuelve demasiado ilusorio - en especial en las escenas con Mal (Marion Cotillard) o las del limbo -, el buen trabajo de Nolan en este film es innegable. Su estilo de dirección - limpio aunque frenético en los momentos de acción-, la fotografía fría y una acertada e inquietante banda sonora, están también presentes en esta séptima incursión al cine y su guión desborda originalidad, creatividad y un toque justo de melancolía.

Sin decepción, el elenco de INCEPTION brinda muy buenas interpretaciones y, aunque no son las mejores de sus carreras - DiCaprio, por ejemplo, estuvo mucho mejor en SHUTTER ISLAND, - sus actuaciones son más que correctas, todos están equilibrados y en un mismo nivel, y todos aportan una cuota de talento, carisma y humor. Sin embargo hay que resaltar la poca participación de Michael Caine y, sobre todo, el insulso papel de Marion Cottilard: Mal, la proyección mental de la esposa de Cobb, no solo es un personaje cuya presencia pocas veces es grata, sino que compone junto a DiCaprio una historia de amor/drama familiar que por momentos no encaja o convence en la película. Mas allá de eso, lo demás funciona a la perfección en este mundo que el espectador no va a olvidar fácilmente y que sorprende y entretiene como pocos films saben hacerlo en la actualidad.

En una época en que Hollywood parece haberse quedado corto de ideas, donde la taquilla se convirtió en un predominante y donde las carteleras de los cines son sólo un descarado desfile de remakes, precuelas, secuelas y adaptaciones, la mente de Nolan se abre dándonos una bocanada de aire fresco. Cargada de genialidad, virtuosismos que no afectan la historia contada y una muy buena idea nunca antes planteada, EL ORIGEN se convierte instantáneamente en uno de esos films que hacen pensar al espectador, que a los cinéfilos les encanta comentar y debatir, y que obligan a todos a recordar la grandeza del cine y la belleza de las nuevas ideas. Como cualquier otro film de culto, se crea un fascinante y atrapante universo con reglas propias que resultan lo más atrayente de INCEPTION. Habrá cosas que quedarán abiertas, sin explicar o para la libre interpretación - como ese innecesario último plano con el que el espectador ordinario sufre implorando unos segundos más de duración -, pero hay que dejar en claro que aquí la única lógica que tiene importancia es la que existe dentro de su propio universo, y para poder disfrutar de él y fundirse en él, es necesario tener la mente y los ojos bien abiertos. Alfred Hitchcock dijo una vez: “Hay algo más importante que la lógica. Es la imaginación”. Probablemente se refería a ese universo: INCEPTION... ese lugar donde se originan los sueños.