El Lórax: en busca de la trúfula perdida

Crítica de Marisa Cariolo - Loco x el Cine

Un héroe biodegradable.

Este jueves llega a nuestras salas el esperado film El Lórax en busca de la Trúfula perdida, película basada en el cuento del mismo nombre de Dr. Seuss, un relato que nos sitúa en un futuro apocalíptico donde todo es artificial y artificioso.

Las calles de Thneed-Ville están llenas de color, los árboles son inflables y hasta el aire se vende envasado. La gente sin embargo vive en un estado de total alegría, tal vez una emoción tan falsa como los componentes del verde follaje. En este marco sin embargo aún subsisten las clásicas historias de amor adolescentes, donde las niñas objeto de deseo suelen poner a prueba la voluntad de sus pretendientes.

Es así como Ted Wiggins eternamente enamorado de su vecina Audrey escucha como ella suelta con total desparpajo la frase “le daría un beso a quien me consiguiera un árbol de verdad” .Y esta simple frase será el motor para que el joven con la complicidad de su abuela comience una incansable búsqueda de una semilla que logre que germine tanto el árbol, como el ansiado beso.

Así emprende un viaje iniciatico, alejándose de los límites de la ciudad (tanto físicos como filosóficos) e ingresando en un hostil y gris ambiente. En este mundo opacado y polucionado vive Once-ler un hombre quien posee la preciada semilla, pero que a cambio de su entrega le relatará al joven como el mundo natural fue destruido por la desmedida ambición de los habitantes primitivos.

Aquí la historia a través de un desdoblamiento nos llevará a los tiempos donde los colores y la vida silvestre eran de publico dominio y donde todo era de libre e irrestricto acceso. Allí el joven Once-ler , emprendedor como pocos , se adentró en los bosques nutridos de colores brindados por los árboles de Trúfulas y al verlos supo al instante que allí dormía una mina de oro .

Al intentar talar los árboles mágicamente se materializa en escena el héroe de nuestra historia, el Lórax , una especie de ser peludo y simpático que vela por la integridad del bosque. El gruñón ser convence a Once Ler que la devastación de los recursos no es el medio para lograr sus objetivos o por lo menos no es el medio con menor impacto ambiental para los seres que ahí habitan.

Sin embargo Once Ler movido por la ambición desmedida inicia una industrialización masiva de su producto, aniquilando el bosque de Trufulas y con ello la calidad de vida de sus habitantes

Así el mundo tal cual era conocido no existirá más y empezará la comercialización de los pocos recursos que quedan , hasta llegando al extremo de comercializarse el aire puro envasado

En las manos de Ted Wiggins ahora no estará solo la semilla de la Trúfula sino la posibilidad de revertir esta historia de desatención por la naturaleza y desinterés por el prójimo.

El film cuidadosamente narrado con vivaces cuadros musicales (de los cuales sobresale “ ¿Cuan malo puedo ser ?”) , no solo narra la historia con efectividad sino que apunta la concientización de los niños sobre las consecuencias de la falta de cuidado ecológico en nuestro actuar diario.

Casi con aires de viejo cuento de las abuelas con moraleja, no la hace especial ni el despliegue de recursos técnicos ni los actores que prestan sus voces al proyecto, sino que conmueve al público desde el lugar de ponernos de frente a las propias miserias del capitalismo salvaje.

Cuando el costo de la codicia no es otra cosa que el futuro de la nuevas generaciones , el dilema esta planteado y como dice Once-ler “a menos que ” hagamos algo al respecto nuestro destino está mas cerca de Thneed-Ville de lo que creemos.

Es hora de despertar conciencias y si El Lórax así lo hace habrá cumplido su cometido.