El Lórax: en busca de la trúfula perdida

Crítica de Diego Batlle - La Nación

Personajes que no convencen en esta historia del famoso escritor Dr. Seuss

Theodor Seuss Geisel (1904-1991), más conocido por su nombre artístico Dr. Seuss, es uno de los escritores y dibujantes más populares y admirados de los Estados Unidos. Sin embargo, al menos en el terreno artístico, las películas infantiles realizadas en Hollywood en los últimos tiempos a partir de sus obras más famosas no han tenido demasiada suerte. Así, lamentablemente, El Lórax sigue el mismo camino que hace poco transitaron El Grinch o Horton y el mundo de los Quién: una corrección formal y un despliegue visual que no alcanzan a transmitir en ningún momento la sensibilidad, la frescura ni la fuerza alegórica de los imaginativos personajes y de las historias originales.

Como en otros trabajos anteriores de ese gran poeta y caricaturista que fue Dr. Seuss, El Lórax tiene como trasfondo una metáfora ligada al cuidado del medio ambiente (en este caso, a los efectos arrasadores de la deforestación), pero su autor siempre tuvo la inteligencia necesaria como para que sus situaciones, conflictos y protagonistas, resultaran siempre entretenidos y, así, esa transmisión de valores positivos, esa veta "aleccionadora" si se quiere, no limitara la capacidad de entretenimiento y diversión.

En la película, en cambio, casi todos los agregados a la trama y casi todas las decisiones artísticas (especialmente su impronta de musical con números muy poco lucidos) no hacen otra cosa que distanciar y abrumar al espectador. Por lo tanto, la película casi nunca fluye, los protagonistas son poco convincentes: el Lórax es aquí un mero personaje secundario, mientras que la historia de amor que motiva a un joven a encontrar un árbol de verdad jamás alcanza la intensidad necesaria.

Más allá de la belleza cromática de algunos planos y del esfuerzo por conseguir algunos pasajes de cierto impacto gracias a los efectos en 3D, El Lórax es una película bastante obvia y anodina. Una pena, sobre todo viniendo del mismo equipo (con amplio aporte francés) que consiguió hace apenas dos años una muy lograda película como Mi villano favorito.