El lobo de Wall Street

Crítica de Matías Orta - A Sala Llena

Luego de La Invención de Hugo Cabret -el homenaje definitivo al cine hecho desde el cine-, Martin Scorsese vuelve al estilo que lo convirtió en pasión de multitudes. El Lobo de Wall Street nos adentra en las andanzas de Jordan Belfort (Leonardo DiCaprio), un broker de la Bolsa que toma vuelo con Stratton Oakmont, una agencia de corredores especializada a vender bonos dudosos usando las técnicas más insólitas, muchas veces fraudulentas. Y no para hasta convertirse en el más excéntrico multimillonario. En los ’90, cada exceso está a su disposición, empezando por sexo y drogas. Puede conducir un Ferrari Testarossa y pilotear helicópteros para luego estrellarlos, adquirir yates… Pero esta deliciosamente perversa versión de Jay Gatsby (también interpretado por DiCaprio hace unos meses) conocerá las consecuencias cuando comience a ser acechado por agentes del FBI, no demasiado contentos con el enriquecimiento de este singular personaje...