El laberinto

Crítica de Damián Serviddio - Suplemento Espectáculos

El laberinto es la adaptación de “Rabbit hole” la obra de David Lindsay-Abaire ganadora del Premio Pulizter en 2007, en este caso dirigida por John Cameron Mitchell, el mismo de la jugada “Hedwig and the angry intch” y el drama cuasi pornográfico “Shortbus”.
Nicole Kidman, en una senda que la hará volver a su exitosa y prometedora carrera pre-botox y con nominación al Oscar incluida, se compromete de tal modo con la historia de Becca que la atmósfera de profundo padecimiento, interno, intenso, se transmite de principio a fin. No hay un instante en que veamos a esa mujer poder quitarse el peso de la ausencia de su hijo. Incluso la conflictiva relación con su madre (Dianne Weist) se basa en la incomprensión que ambas presentan a la reacción de la otra frente a la muerte. Las mayores contradicciones pasan por el lado de Becca y no tanto por Howie (Aaron Eckhart), hombre decidido a tener otro bebé y recomenzar su vida.