El hombre de al lado

Crítica de Julia Panigazzi - A Sala Llena

Leonardo es un diseñador reconocido por crear la silla que lleva su apellido, vive junto a su esposa e hija en la única casa que construye Le Corbusier en Latinoamérica, lugar visitado por educandos y profesores de arquitectura.

Víctor es su particular vecino, un cavernícola a los ojos del diseñador aburrido, que decide hacer una ventana para cachar unos rayitos de sol.

Víctor no es solo el hombre de al lado, es todo lo que Leonardo odia y teme: a raiz de la abertura que realiza en la medianera su vecino, el se redescubre como una persona mezquina y frívola que aparenta tener una vida plena y normal: perfectamente diseñada como sus proyectos, cuando en realidad se cae a pedazos.

Excelente es interpretación del cordobés Daniel Araoz, ex Áryentain, que compone un personaje equilibrado, fuerte y hasta querible por momentos. Contrasta con la familia boceto de Leonardo: una mujer perdida en el new age , su hija Lola, que no emite sonido alguno durante todo el film y por supuesto la mucama omnipresente.

Victor, por lo contrario, es chabacano y verborrágico, un espanto, como lo definen los amigos de la familia vecina.

Mariano Cohn y Gastón Duprat fueron merecedores por este film del premio a Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata (2009) y premio Mejor Fotografía en el Festival Sundance este año.

Rodada la mayoría dentro de la famosa casa Curutchet, que con su simetría marca el ritmo del film, resultando un comedia un tanto incomoda o un drama con momentos de humor ácido, pero siempre dejando el espacio suficiente como para que el espectador interprete y reflexione.