El hombre de al lado

Crítica de Chandler - Cines Argentinos

El hombre de al lado es una buena propuesta para los seguidores firmes del cine nacional
Está en el medio del cine “industrial”, con todo el respeto que esa palabra se merece, y el cine que solo le interesan a 4 festivales.
Y creo que la película tampoco sabe bien en si está más cerca de uno o de otro.
Arranca con la mención de festivales casualmente, como lo hacen esas películas que con suerte llevan más gente que las que consumieron el catering de la filmación, pero una vez pasadas esas aburridas placas negras, se pone interesante.
No debería ser necesario aclararlo en el cine internacional, pero si conviene hacerlo notar cuando es una Argentina, porque mayormente no pasa, El hombre de al lado se ve y se escucha muy bien. Eso hay que agradecerlo realmente, y es muy agradable ver cómo se va mejorando la técnica en el cine argentino, indudablemente por el uso de mejores tecnologías.
Por el lado técnico entonces está muy bien.
¿Las actuaciones? Deliciosas… la pareja protagónica tiene una fuerza increíble y desde los polos opuestos que son sus personajes están realmente brillantes.
Seguramente quedará en la cabeza más firme el papel de Araoz, pero el personaje de Rafael Spregelburd no es para nada fácil de interpretar, y el no deja ninguna duda.
La historia es buena y las líneas que le dan a los personajes demuestran un muy buen trabajo previo.
Los personajes tienen momentos y diálogos que permiten identificarlos perfectamente con millones de argentinos, sin caer en exageraciones. Ejemplo de esto es como el "diseñador" reinventa o modifica diálogos o situaciones que vivió con su vecino.
Creo que para que fuera una película para públicos más grandes, se tendría que haber inclinado más hacia uno de los generos tratados. Porque ahora la película es en parte de suspenso, con toques de comedia, y obviamente momentos dramáticos. Y está todo mezcladito.
Y realmente no se cual hubiera sido el ideal para reforzar, pero si le hubiera sumado mucho que se definiera mucho más.
También se podría haber ahorrado unos 10 a 15 minutos, ya que no es una película que necesite dejar en claro algo más. Está todo bien claro, y se prolonga bastante en su definición innecesariamente.
El hombre de al lado no será una película pasión de multitudes, pero realmente es un buen trabajo y una buena propuesta del cine nacional que quiere hacer bien las cosas, y que si sigue este camino, pueden salir grandes películas para reconciliar al público con un poco más de 4 películas al año.