El hombre de acero

Crítica de Pedro Squillaci - La Capital

Un Superman más humano

Al igual que los famosos negocios de hamburguesas de la franquicia estadounidense, los combos son más impactantes cuando son más caros. Zack Snyder, en la dirección, con Christopher Nolan, en los guiones y la producción, es un combo caro para la industria del cine de ciencia ficción. Y en “El hombre de acero” la estética del director de “300” y “Watchmen” con el pulso rítmico y narrativo del creador de “Memento” y “Batman: el caballero de la noche” lograron una película que jerarquiza la historia de Superman. El filme muestra la génesis del superhéroe, cuando todavía era un bebé llamado Kal-El y sus padres lo salvaban del apocalipsis del planeta Krypton, con escenas que recuerdan, nada menos, que a la genial “Melancolía”, de Lars Von Trier. El chico que será Clark Kent en la Tierra desnudará las crisis de identidad por sentirse distinto a los mortales. Desde ese lugar, Zack Snyder dispara un superhéroe más humanizado, primer gran hallazgo de la película. Otro punto a favor es el ida y vuelta en el tiempo, que le da al relato una dinámica atrapante. Ya adulto, Kent asumirá su derrotero de Hombre de Acero y se enfrentará al general Zod, quien vuelve del pasado para recuperar a Superman o de lo contrario destruirá el mundo (sí, otra vez sopa). Con convincentes actuaciones, sobre todo Diane Lane, el filme derrocha acción y se disfruta más en 3 D. Vuelo eterno para Superman.