El gran casamiento

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

El gran casamiento es un ejemplo contundente que un elenco de grandes figuras no garantiza necesariamente una buena película.
Si el guión no es bueno o el director no tiene claro lo que quiere hacer con su trabajo el resultado termina siendo decepcionante como ocurrió en este caso.
Este estreno es una remake hollywoodense de una producción independiente francesa titulada My brother is getting married, del 2006, que dirigió Jean Stéphane Bron.
Lo loco es que no se trata de un mega éxito taquillero de esos que cada tanto pegan los franceses o una historia que recibiera grandes elogios.
De hecho, la película original tuvo críticas regulares que en algunos casos coinciden con los puntos débiles que también tiene la remake.
El gran casamiento es una propuesta rara donde el humor no consigue brindar situaciones que generen risa.
El poster que te encontrás en el cine es muy bueno y te vende una divertida comedia, pero la verdad que después descubrís que en esta historia hay poco de que reírse.
La trama comienza como una historia de enredos y luego derrapa cuando intenta emular el cine de Judd Apatow (Virgen a los 40) con chistes sexuales que no logran ser graciosos y parecen salidos de una obra de teatro de Gerardo Sofovich.
Apatow es un gran guionista y sabe trabajar el humor con situaciones incomodas, pero eso no se da con el director, Justin Zachman, quien presentó un guión mucho más sólido en Antes de partir, con Morgan Freeman y Jack Nicholson.
Acá no queda claro que es lo quiso hacer en materia de comedia con esta producción.
La película se deja ver dentro de todo por la buena química que tiene Robert De Niro con Susan Sarandon y Diane Keaton que hacen llevadera la trama con sus interpretaciones.
No es el caso de Katherine Heigl, Amanda Seyfried y Robin Williams, cuyos talentos están completamente desperdiciados y pasan desapercibidos en el conflicto.
En un punto este film mediocre demuestra que De Niro es humano también y no puede brindar una obra maestra en cada trabajo que escoge.
Sin embargo, uno recuerda la buena dupla que hizo con Williams en Despertares o su labor reciente en El lado luminoso de la vida y al verlo en una propuesta con estas figuras podrías suponer que te vas a encontrar con una gran película, pero las cosas no se dieron de esa manera.
Una decepción.