El examen

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Con cinco años de retraso finalmente llegó a la cartelera El exámen, un thriller independiente inglés dirigido por Stuart Hazeldine.
Un artista que escribió varios guiones para películas de Hollywood que los grandes estudios luego desecharon.
Hazeldine, quien no pegó una en los últimos años, fue autor de los primeros guiones de El Pago (John Woo), Crónicas mutantes, Cuenta Regresiva (Alex Proyas) y la remake de El día que paralizaron la Tierra, con Keanu Reeves.
Su versión de esas historias nunca se llegaron a filmar.
El exámen es un proyecto financiado por el propio director que presenta un propuesta de suspenso realizada con un reparto 10 actores desconocidos en un único escenario.
El punto débil de este estreno es que remite demasiado a otras películas que se hicieron en el pasado como El cubo (Vincenzo Natali), la primera entrega de El juego del miedo, y El método, de Marcelo Piñeyro, que comparte una temática similar.
En este caso ocho ejecutivos compiten por un trabajo importante en una prestigiosa compañía.
Creo que esta película se disfruta bastante si uno acepta el juego que propone el director y deja pasar ciertas inverosimilitudes que tiene la trama.
Cuesta bastante comprar por momentos que ocho talentosos ejecutivos, con grandes antecedentes profesionales y educativos, se comporten de la nada como un grupo de delincuentes desalmados.
Ahora bien, si los protagonistas hubieran resuelto el conflicto en armonía y con respeto al prójimo esta película hubiera sido un bodrio.
El director sostiene con su narración la tensión de la trama durante todo el relato y logra que uno se interese por saber quién se quedará finalmente con el condiciado trabajo.
Desde la realización esta muy bien lograda la manera en que el Hazeldine conseguir convertir el exámen de la historia en una experiencia claustrofóbica. Otro punto a favor de esta producción.
En el acto final el argumento tiene un giro extraño y la resolución no termina de convencer demasiado.
Pese a todo, la ópera prima de Stuart Hazeldine logra con muy pocos recursos brindar un cuento entretenido.