El etnógrafo

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

El inglés de los wichís

Fue una de las joyas ocultas, uno de los secretos mejor guardados del último BAFICI. Es que "escondida" en la sección Funciones Especiales, El etnógrafo tuvo apenas una función pública y -entre amigos e invitados especiales que asistieron a la premiere- fueron muy pocos quienes la pudieron disfrutar. Ahora, llega la oportunidad de apreciar esta nueva incursión de Rosell en el documental en el MALBA o, dentro de pocos días, también en el Gaumont y seguramente en otros espacios INCAA del interior del país.

El director de Bonanza y Sofacama se adentró en la comunidad wichí de la zona de Tartagal de la mano de John Palmer, un antropólogo inglés que llegó allí a principios de los años ’70, se quedó a vivir, se casó con una mujer de esa etnia y se convirtió en uno de los líderes de las protestas por el reclamo de tierras y contra la represión o desidia oficial.

Rosell -que al igual que en Bonanza demuestra una gran capacidad para encontrar un personaje poco convencional y "explotarlo" en toda su dimensión- maneja con sabiduría y rigor los distintos niveles del relato: el familiar (el protagonista tiene cinco hijos), el etnográfico (no es fácil acceder a la intimidad de los pueblos originarios) y el judicial (con un caso legal que muestra las profundas grietas y contradicciones entre las costumbres de los “criollos” y los “indígenas”).

Un retrato bello, implacable y fascinante a la vez (por momentos, algo moroso), que evita caer en el paternalismo, en el pintoresquismo y en los lugares comunes de la corrección política mal entendida.

Aquí una amplia entreivsta a Rosell realizada en el marco del Talent Press / Talent Campus del BAFICI 2012.