El discurso del rey

Crítica de Andrea Migliani - Puesta en escena

Bello film candidato a 12 estatuillas de Holywood y 7 nominaciones al Golden Globe, con muy buenas actuaciones y exacta mezcla de géneros.

Mañana jueves 10, se estrenará en el circuito comercial El discurso del Rey/The King’s Speech (Reino Unido-Australia 2010). El film que arrasa con las nominaciones a los Premios Oscar (12) y detentó 7 nominaciones a los Golden Globe, merece una valoración ya que sale de la norma a lo que los galardones de Holywood nos tienen habituados. La película transita las exactas dosis de humor, drama, comedia e intriga.

Entre 1925 y 1938 Bertie, a cargo de Colin Firth, (cercano en calidad actoral a Orgullo y prejuicio -1995- y más lejos de Mr. Darcy de El diario de Bridget Jones -2001-) debe superar la tartamudez que lo aqueja desde niño, exactamente desde sus cuatro años según su memoria. La película tiene un comienzo contundente ya que muestra a Bertie precedido por el locutor oficial de la corona británica dándole la palabra con voz clara y ceremoniosa y la siguiente parálisis de éste que no logra articular palabra. Semejante situación derivará no sólo en la búsqueda de un terapeuta no tradicional para los trastornos del habla (ya ha visto a varios sin resultados), sino también en la resistencia a encarar esa imposibilidad de comunicación que como todo trauma original encuentra en el lenguaje su síntoma más visible. Bertie ha sido desechado desde niño por no ser candidato natural al trono.

Pero se podría ocultar que el Duque de York y padre de la reina Isabel es tartamudo sino fuera porque su hermano, Eduardo VIII encarnado por Guy Pearce, heredero del trono debe abdicar por amor en el sonado caso de su vínculo amoroso que finaliza en casamiento con una plebeya norteamericana divorciada, Wallis Simpson. La ayuda que ya le proporcionaba su poco tradicional terapeuta se hace imprescindible ya que Bertie se convertirá a la brevedad en Jorge VI. Su esposa Elizabeth, jugará un papel central, interpretada por Helena Bonham Carter quien deja atrás esos roles que tan bien le sientan por la extraña belleza que le permite ser la novia de Frankenstein o la Belatrix Lestrange de Harry Potter y compone una mujer cuya devoción y entrega por su marido está fuera de cuestión, ella lo ama. Los amores de los hermanos herederos del trono son legítimos y auténticos y contrastan a la perfección con los vínculos de sus padres. Ya que la muerte del Rey Jorge V, interpretado por Michael Gambon, sólo despierta en su esposa un interés notable en la sucesión del trono.

Geoffrey Rush, cuya actuación es impecable, se hace cargo del papel de frustrado actor australiano Lionel Logue, que usando métodos peculiares y haciendo gala de una discreción sin igual, ayudará al futuro rey a sortear los obstáculos de su lengua materna, la lengua de la emoción y la subjetividad.

Los ambientes creados son de un acierto impecable en la que la dirección de fotografía cuenta y mucho, así como también el diseño sonoro que acompaña la narración proveyendo los climas adecuados a cada escena. Los planos cortos son imprescindibles para dejar al descubierto como el rostro de Colin Firth, Bertie o George VI, transmutan y se contorsionan en la dificultad de comunicarse.

El contexto histórico y la amenaza hitleriana de entrar en guerra con el Reino Unido ofician de fondo para resaltar porque a pesar de la presencia de un político fuerte como Winston Churchill estelarizado por Timothy Spall, la omnipresencia real es vital para un pueblo que ha hecho de la monarquía una forma de la devoción, al menos en la década del 30’.

Grandes logros actorales, un guión sencillo pero potente y una buena factura visual hacen de El discurso del Rey un film que seguro dará enormes satisfacciones ya sea en los premios o en las sensaciones que provocará en el público que visite las salas a partir del día 10 de febrero. Recomendable película dirigida por Tom Hooper sobre la amistad, el amor y la responsabilidad.