El derrotado

Crítica de Susana Salerno - N3F

Este es otro film del director argentino Javier Torre, que fue escrito por su padre, el gran cineasta Leopoldo Torre Nilsson, y tiene como productor a Pascual Condito; los protagonistas son: Adrián Navarro, Rafael Ferro y en su primer protagónico en el cine Romina Gaetani.

Trascurre en Buenos Aires en 1951, debemos enmarcarnos en momentos sociales y políticos; los protagonistas son un matrimonio de unos diez años de casados, ella es Celina (Romina Gaetani ) de unos 28 años, pertenece a otra clase social, se caso cuando tenía 16 años, quedo deslumbrada cuando conoció Julio (Adrián Navarro), un hombre muy buen mozo, este hoy tiene 35 años, trabaja en un estudio contable, es un jugador compulsivo, se pasa gran parte del día en el hipódromo apostando, en esto gasta todo su dinero, alcohólico, fumador, de mal genio ,da a su familia una vida desgraciada, viven en una miseria extrema, y también a su pequeño hijo Manuel (Facundo Navarro), que pasa sus días en casa de su abuela (Norma Argentina), en la calle y soportando los gritos de su padre.

Su esposa es quien absorbe constantemente toda la frustración de su marido, una mujer sufrida, presa de un destino agobiante, ella intenta sobrevivir a todo eso, pero su vida tiene un giro ante el llamado de una amiga del pasado Clara (Soledad Palacio) y allí conocerá a Alberto (Rafael Ferro), un seductor que se encuentra en muy buena posición y los días de Celina cambian repentinamente.

El film habla de los perdedores, de los amores clandestinos, está el que dirán los vecinos, los novios en el zaguán, como un hombre llega a autodestruirse, está presente la desesperanza y la angustia; podemos decir que técnicamente está bastante cuidada, dentro de la reconstrucción de época bien subrayada, las diferencias sociales, bien acentuada las miserias de esos años, pero la película tiene algunos problemas de narración, le falta más dramatismo, más intensidad,es bastante previsible, será porque hay actuaciones correctas, otras algo sobreactuadas, es algo opaca, y no llega a convencer demasiado.